30 de noviembre de 2013. Parqueastur, Corvera.
Un abogado cae en la tentación de trabajar para los grandes traficantes de drogas en la frontera con México. El pago de una fianza para que salga de la cárcel el hijo de una mujer a la que defendía le hace parecer responsable del robo de un camión con droga. Un pecado involuntario con terribles consecuencias para su novia y para quienes le contrataron.
Ridley Scott y Cormac McCarthy. Palabras mayores del cine y la literatura. Y no es una adaptación. El autor de La Carretera ha escrito directamente el guión de esta historia. Los actores tampoco se quedan atrás: Michael Fassbender, Brad Pitt, Javier Bardem, Cameron Diaz, Penélope Cruz y Bruno Ganz. Las mejores expectativas para una película que realmente son tres. Una literaria en la que los personajes dicen cosas que dan mucho que pensar (los consejos de los mafiosos, la venta del diamante, la conversación femenina sobre el catolicismo y el pecado, las consideracianes machadianas...) Otra de ambientes que da gusto mirar (Bardem y sus guepardos, la relación amorosa entre Michael Fassbender y Penélope Cruz, el orgasmo silúrico de Cámeron Díaz en el coche...) Y otra sobre los depredadores que dirigen el gran tráfico de drogas. Sin embargo, la tercera falla. El thriller no es tan poderoso para albergar la fuerza de esa literatura con pretensiones metafísicas y de esas inquietantes atmósteras de frontera. Todo queda en una historia interesante que no llega a ser la gran película que uno espera.