18 de abril de 2014. Cines Ocimax, Gijón.
Una juez estricta y de vida independiente tiene una noche de descontrol de la que no recuerda nada. Seis meses después descubre que está embarazada. Y que el padre es un delincuente al que se acusa de haber descuartizado a un anciano y haberse comido sus ojos.
Una historia blanca de humor negro. Interesante desde el primer plano secuencia que preludia el autorretrato de la vida y principios de una juez: "la familia es una tragedia escrita por los padres e interpretada por los hijos". Hay dilemas morales, descuartizamientos hipotéticos, caspa judicial, autopsias agresivas, ternura maternal y hasta abortos tentativos. Pero nada duele ni molesta. Al contrario. Es una estupenda locura contada con la libertad de un tebeo en la que aparecen personajes deliciosamente excesivos (el policia, el abogado defensor, el otro juez...) La historia no tiene grandes pretensiones. Pero confirma que humor y sutileza no son incompatibles.