6 de septiembre de 2014. Parqueastur, Corvera.
Jesús es un policía que lleva dos años investigando a una importante red internacional de narcotraficantes que opera en el estrecho de Gibraltar. El Niño lo cruza con facilidad en una moto acuática que maneja con brío. Un amigo le propone pasar droga con un colega marroquí. A veces los acosa el helicóptero de la policia, pero, con su habilidad sobre las olas, las cosas les van bien. Hasta que en uno de los encargos tienen problemas y han de aceptar un trabajo para uno de los grandes capos a los que se enfrenta Jesús.
Una película trepidante con dos tramas (y algunos nexos) en dos países (y un peñón). Hay policías adultos (uno corrupto), jóvenes muy gaditanos (uno no) y traficantes de varias nacionalidades que hacen muy lucidos los escenarios del estrecho de Gibraltar. Jesús Castro tiene un estreno más que solvente con este personaje al que, no sin motivo, otro compara con Steve MacQueen. Pero, tras su inolvidable Malamadre, Luis Tosar ha de aceptar que esta película es mucho más coral que Celda 211 y que su personaje no destaca tanto entre los de actores tan estupendos como Sergi López y Eduard Fernández. La historia está bien contada (aunque quizá las dos tramas paralelas se distancian demasiado en algún momento), las imágenes son poderosas (en el agua, en las playas, en el puerto de Algeciras...) y hay diálogos muy bien armados (las conversaciones gaditanísimas entre El Niño y El Compi, las de los policias en el helicóptero...) El Niño no será tan inolvidable como aquella magnífica pesadilla carcelaria que creó Daniel Monzón, pero no tiene nada que envidiar a esas superproducciones americanas que tanto espacio (y tanto tiempo) ocupan en nuestras carteleras.