19 de noviembre de 2014. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.
En un túnel de Edimburgo unos canallas matan a un japonés. Si consigue resolver el caso el sargento Bruce Robertson podría ascender a inspector y recuperar a su mujer. Pero la historia no se centra en eso, sino en la deriva de este policia alucinado que maltrata a sus compañeros y se instala en la locura.
Al comienzo parece que va a ser un buen chute de Torrente a la escocesa. Pero la cosa deriva por derroteros más psicodélicos. Sexo, drogas y mal rollo. Esa podría ser la síntesis de una película dislocada de la que me he sentido bastante ajeno.