6 de marzo de 2018. Cines Parqueastur, Corvera.
Una bailarina del Bolshoi tiene un accidente en el escenario a la vez que un espía americano es descubierto mientras se encuentra con su topo en Moscú. La bailarina tiene un tío canalla que trabaja para los servicios de inteligencia. El americano tiene principios y quiere volver a contactar con su amigo ruso. Incapacitada para bailar de nuevo y con una madre dependiente, la chica es obligada por su tío a entrar en el grupo de los gorriones, unos espías especiales que son entrenados para satisfacer todos los deseos y desvelar todos los secretos. Lógicamente la rusa y el americano se encontrarán.
Según parece, la guerra fría entre Rusia y Estados Unidos sigue bastante caliente. O al menos así lo muestra está historia de espías que, como es propio del género, incluye romances y dobleces. La historia se sigue bien y Jennifer Lawrence está estupenda en el papel de esta espía tórrida e inteligente. Sin embargo, que el personaje del ruso malísimo sea clavadito a Putin no le viene nada bien a la película. Ni tampoco a la distensión. Aunque, viendo su final, esta historia de gorriones rojos bien podría no estar hablándonos solo del eficaz espionaje americano en Moscú. Teniendo en cuenta quién ocupa ahora la Casa Blanca es fácil imaginar los estragos que unos gorriones rojos podrían haber hecho allí. Ya me estoy imaginando esa otra película.