23 de mayo de 2018. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas.
La vida diaria de un padre y tres niños. Él compone canciones de hip-hop y uno de ellos estudia muy mal. Vemos fragmentos de su humilde cotidianidad.
El padre es buena gente y a los niños no les molesta la cámara. Son las bazas principales de un documental que tiene escenas que recuerdan a las del estupendo La hora de los deberes de Ludovic Vieuille que vimos en febrero en El Documental del Mes. Pero son las menos. A Niñato le falla el dispositivo (no muy bien definido) y la intención (algo imprecisa). El buen cine debe captar la vida, pero también tiene que saber contarla.