25 de julio de 2018. Cines Los Prados, Oviedo.
El joven John Callahan se emborrachaba continuamente hasta que un día tuvo un grave accidente que lo dejó tetrapléjico. Aún así siguió bebiendo, hasta que con un grupo de ayuda mutua y entregándose a su pasión por el dibujo de viñetas para la prensa consiguió superar su alcoholismo y recuperar las ganas de vivir.
Gus Van Sant cuenta con buen tino esta historia de superación personal que tenía todos los mimbres para convertirse en melosa. Sin embargo, una bien trabada articulación del relato, que incluye las propias viñetas que Callahan dibujaba, hace que la historia no sea obvia y resulte interesante. Por lo demás, da gusto ver al camaleónico Joaquin Phoenix (aquí de pelirrojo subido) en prácticamente todos los planos de la película. Sin duda, sería muy distinta si no estuviera él.