27 de octubre de 2018. Teatro Carrión, 63º Semana Internacional de Cine de Valladolid (sección oficial). V.O.S.
Halla es una activista ambiental que hace sabotajes importantes en las líneas de alta tensión islandesas. Hace cuatro años solicitó adoptar un hijo y ahora le acaban de comunicar que una niña de cuatro años la espera en Ucrania.
Del cine islandés siempre espero cosas buenas y tratándose del director de De caballos y hombres no tenía ninguna duda de que esta película sería estupenda. La mujer de la montaña es la historia de una heroína ejemplar que seguramente podría ser acusada de terrorismo y hasta de rebelión. Hella es una mujer rebelde y comprometida a la que uno le desea lo mejor cuando derriba torres de alta tensión, cuando huye de los helicópteros y los drones y también cuando se decide a ir a Ucrania a recoger a esa niña. Por eso está muy bien que Benediky Erlingsson nos lleve por los espacios abiertos islandeses acompañando a esta Robin Hood contemporánea que también usa el arco y que no duda en tensar la cuerda del conflicto entre el desarrollo económico y la protección ambiental. El tono irónico y poético de la historia (con una hermana y un primo deliciosos y un viajero mexicano al que siempre detienen), la elegancia formal y el papel de la música (con ese trío masculino de instrumentistas y esas tres mujeres ucranianas que cantan al lado de Hella) hacen que La mujer de la montaña sea una película originalísima, además de una historia muy interesante e intencionada. Así que ya tenemos otra digna merecedora de varios premios en este festival (por ejemplo, el de mejor director o el de mejor actriz). También lo sería quizá Paseo solar de Réka Bucsi, el estupendo corto de animación con imágenes cautivadoras sobre seres galácticos. Así que esta sesión de la tarde ha sido una delicia.