miércoles, 27 de febrero de 2019

¿Podrás perdonarme algún día?

de Marielle Heller. EE.UU., 2018. 107’.
27 de febrero de 2019. Cines Los Prados, Oviedo.

Lee Israel es una escritora de biografías que pasa una mala racha. Así que, con la ayuda de un amigo, se dedica a falsificar y vender cartas de escritores fallecidos. La cosa le va bastante bien. Hasta que la descubren.

Una historia neoyorquina sobre literatura y suplantación. Las interpretaciones de Melissa McCarthy y Richard E. Grant están muy bien. También la recreación de los ambientes de las librerías y bares del Manhattan de hace treinta años. La película es sencilla y sugerente, como la propia historia real en que está inspirada. Igual que The diary of a teenage girl (la primera película de Marielle Heller que vimos hace tres años en el festival de Gijón), ¿Podrás perdonarme algún día? no será recordada como una gran película. Pero es una historia bien contada con pretensiones modestas y resultados estimables.

martes, 26 de febrero de 2019

Gräns

de Ali Abbasi. Suecia, 2018. 101’.
26 de febrero de 2019. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

Tina es una vigilante de aduanas con mucho olfato. Puede detectar cualquier cosa, hasta los archivos pornográficos digitales que hay en la tarjeta de un móvil. Su aspecto de neandertal llama bastante la atención. Por eso tendrá una especial sintonía con un tipo extraño que se parece bastante a ella. En realidad los dos son trols, unos curiosos personajes de la mitología escandinava.

Mientras la historia se centra en ella la película cautiva. Por sus extraños poderes, por sus querencias forestales, por su buen rollo con los animales salvajes... Pero cuando aparece el compañero la historia naufraga. Parece tratar de los límites entre el bien y el mal, entre lo humano y lo infrahumano (o lo suprahumano), de unos amores tan distintos que además de transgénero son transespecie... Pero la sutileza de esos límites no queda bien reflejada con ese contrapunto pseudomasculino que más que aportar resta en una historia cuya singularidad estaba en la exploración de los límites de lo humano. Gräns tiene algo de regreso al tema de la bella y la bestia, aunque aquí ambas estén a la vez fundidas y desdobladas en estos trols con pinta de neandertales que sueñan con un paraíso en tierras Finlandesas. Por cierto, aunque la película es rabiosamente escandinava y su título podría dejarse en su lengua o traducirse como Límite o como Frontera, se ha decidido que se distribuya como Border, a mayor gloria de esa castración lingüistica generalizada y esa implantación forzada de la anglofilia verbal a la que venimos asistiendo sin que nadie diga nada. Bueno, yo sí lo digo. Una y otra vez.

lunes, 25 de febrero de 2019

Van Gogh. De los campos de trigo bajo cielos nublados

de Giovanni Piscaglia. Italia, 2018. 90’.
25 de febrero de 2019. Cines Los Prados, Oviedo.

Una exposición en la Basilica Palladiana de Vicenza con obras procedentes de la colección Helene Kröller-Müller es la excusa para esta reivindicación de aquella coleccionista que tanto apreciaba la obra de Van Gogh. Pero sobre todo para repasar los últimos diez años de la vida y la actividad artística del gran pintor holandés.

Una exposición sobre Van Gogh en la preciosa ciudad en que Palladio reiventó la arquitectura de los teatros es siempre una buena coartada para un buen documental sobre pintura. Sin embargo, en esta película la exposición y la figura de la coleccionista son mucho menos interesantes que esa parte final en la que se repasan los lugares y las obras del pintor. Los comentarios de Valeria Bruni son gratos y pertinentes pero aportan poco al análisis de la obra del pintor. Por fortuna, en su último tramo la película va dejando de ser un documental convencional para entrar de lleno en los paisajes y en los cuadros convirtiéndose poco a poco en una experiencia mucho más interesante. Así que apetece que se estrene pronto aquí la película que Julian Schnabel ha hecho también sobre Van Gogh. Las críticas no son muy buenas, pero la protagoniza nada menos que Willem Dafoe.

domingo, 24 de febrero de 2019

Una cuestión de género

de Mimi Leder. EE.UU., 2018. 120.
24 de febrero de 2019. Cines Parqueastur, Corvera.

Una batalla importante para Ruth Bader Ginsburg, la brillante abogada comprometida con la causa de los derechos de las mujeres que llegó a formar parte del Tribunal Supremo de los Estados Unidos. La vemos preparando el primer caso que le daría fama. El del recurso de un hombre que también fue discriminado por motivos de género.

Está claro que Ginsburg es un personaje de moda en Estados Unidos. Hace tres semanas veíamos el documental RGB que seguía su trayectoria desde sus años de formación hasta el presente de esta viejecita pequeña y muy venerada que sigue siendo muy animosa. Una cuestión de género también está siempre de su parte pero se centra solo en la primera hazaña procesal tratada en la otra película. Sin embargo, si uno no conociera a su protagonista o pensara que Una cuestión de género era solo una ficción, se extrañaría por la escasa tensión y originalidad de una historia de maneras casi televisivas y en la que solo las escenas del juicio llegan a tener algún interés.

miércoles, 20 de febrero de 2019

Cafarnaum

de Nadine Labaki. Líbano, 2018. 126’.
20 de febrero de 2019. Cines Los Prados, Oviedo.

Un niño libanés demanda a sus padres por traerle al mundo. Y viendo cómo le trata la vida pudiera tener motivos para hacerlo. Su hermana ha sido entregada para casarla y muere embarazada con once años. Él huye de casa y solo encuentra cobijo en la chabola de una joven etíope que malvive con su bebé. Las cosas aún pueden empeorar y el niño tendrá que hacerse cargo de la criatura cuando detengan a la madre. Al final él también acabará en la cárcel 

Sobre los nadies infantiles se han hecho películas memorables (Nadie sabe de Kore-Eda, Foster child de Brillante Mendoza, Pelo malo de Mariana Rondón, Conducta de Ernesto Daranas...) pero no añadiría la de Nadine Labaki a esa lista. Los ambientes y el tono del relato son muy adecuados, pero hay trampas que convierten a esta historia de la desolación en un producto apto para públicos acomodados que seguramente acabarán compartiendo el punto de vista de la directora que ha colocado el eje de la película en la demanda del niño ("algunos padres no deberían traer hijos al mundo"). Para ponérselo más fácil al espectador se abusa del ternurismo (el delicioso bebé negro), se eligen actores guapísimos (y no solo para el personaje del niño), se reiteran los subrayados emocionales (por ejemplo, en la música) y se hace decir a los personajes frases inverosímiles (la intervención del padre ante el juez, la llamada del niño a la televisión, las palabras de la niña siria...) Seguramente ganará bastantes premios pero me parece que esta interesante historia podría haber dado para una película mejor.  

domingo, 17 de febrero de 2019

Trinta lumes

de Diana Toucedo. España, 2017. 80.
17 de febrero de 2019. Centro Niemeyer, Avilés.

Unos adultos buscan a Alba con linternas en la noche. Alba desaparece una tarde mientras recorre con un amigo las habitaciones de una casa abandonada. Así comienza y termina la película. En medio, las hermosas estampas otoñales de una vida que agoniza en la sierra de O Courel en Lugo.

La trama que coquetea con lo paranormal es mínima. Apenas la apertura y el cierre de la película, lo que nos cuenta la chica con su voz en off y unas lucecitas que podrían representar a los antiguos moradores del valle. El resto son imágenes y sonidos muy reales de unas gentes que deben conocer bastante a la directora porque no les perturba nada su cámara. De hecho, la familiaridad con ellos también estaba esta tarde entre los espectadores del Niemeyer: los que estaban a mi lado reconocían a todas las personas y todos lugares que aparecían en la pantalla. A ellos esa tarea les mantuvo muy entretenidos. A mi la parsimonia de este otoño gallego me dijo bastante menos. Quizá porque los que tenemos pueblo no necesitamos añorarlo.

miércoles, 13 de febrero de 2019

Miriam miente

de Natalia Cabral y Oriol Estrada. República Dominicana, 2018. 90’.
13 de febrero de 2019. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas.

Miriam tiene un problema. Se acerca la fiesta de las quinceañeras y no sabe si debe invitar al chico que ha conocido por Internet. Él es negro y ella teme cómo podría ser recibido por su madre y sus amigas. Al final acaba invitándolo pero entonces es él quien tiene un problema: no sabía que Miriam también era negra.

El conflicto entre la sustancia primera y la sustancia segunda. Por muy pija que sea, una familia no rechaza a uno de sus miembros si ya tiene nombre propio. Ahí el individuo va antes que la especie (en este caso el color de la piel). Pero más allá de ese entorno próximo los prejuicios sí importan y un negro es antes que nada un negro. Incluso para los mismos negros que en esta historia no parecen darse cuenta de que lo son. Miriam Miente, además de plantear muy bien un punto de vista poco frecuentado sobre la discriminación racial, tiene la virtud de colocar a la cámara en medio de la vida cotidiana de unas adolescentes mostrándonos también la manera de vivir de la gente bien dominicana (y de la que aspira a serlo). En este sentido, además del seguimiento cercano del personaje central, la aproximación de Natalia Cabral y Oriol Estrada aporta una mirada sutil y productiva sobre las clases acomodadas de su país. De hecho, aunque Miriam mienta (o más bien oculte), su película nos muestra muy bien la verdad de su entorno.

martes, 12 de febrero de 2019

La tercera esposa

de Ashleigh Mayfair. Vietnam, 2018. 96’.
12 de febrero de 2019. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

El dueño de una rica hacienda rural vietnamita se casa con una adolescente. Será su tercera esposa y se llevará muy bien con las otras dos. La chica queda pronto embarazada y quisiera tener un niño. Sin embargo, nacerá una niña. Como esas otras chiquillas que andan por allí y con las que la tercera esposa casi podría jugar. 

La poética del gineceo vietnamita. La naturalidad de la poligamia (y casi de la pederastia). Eso es lo que parece querer mostrarnos esta película preciosista que a mi se me hace bastante pesada. Con una relación de aspecto 4:3 que le va mejor a otras películas que a esta, cada escena pretende ser una estampa  de memorable elegancia. Y aunque no tengo peros formales que ponerle a esas seductoras imágenes, lo cierto es que tanta parsimonia y tanto bonitismo en los encuadres y en los gestos no consiguen que la historia me conmueva. Las tres esposas son guapísimas, pero ver casada y embarazada a esta tercera (que aquí estaría cursando segundo o tercero de la ESO) me da no sé qué. Quizá sea porque no encuentro ningún distanciamiento crítico en lo que se me muestra. De hecho, tanta poética de la feminidad vietnamita bien podría parecer una reivindicación de la poligamia rural con el protagonista masculino casi siempre en fuera de campo. No sé si esto me perturba pero desde luego me da bastante grima que en este elenco matrimonial se incluya sin reparos a una menor tan menor.

sábado, 9 de febrero de 2019

La sociedad literaria y el pastel de piel de patata

de Mike Newell. Reino Unido, 2018. 124.
9 de febrero de 2019. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

Recién terminada la guerra, Juliet Aschton, una joven escritora londinense muy exitosa, recibe una carta desde la isla de Guernsey. Allí unos lugareños se reúnen cada semana en una sociedad literaria a la que han dado un nombre tan curioso como el del pastel de piel de patata. Ella irá a verlos y se encontrará con un pequeño grupo de gentes buenas y sencillas con una historia tremenda del tiempo de la ocupación alemana. Y Juliet sabrá cómo contarla.

Con una ambientación casi tan british como la de La librería de Isabel Coixet (pero sin la ñoñería de aquella historia), Mike Newell consigue construir un relato amable y emotivo en el que la intriga de la historia compensa los pequeños excesos en los perfiles de algunos personajes (ese novio norteamericano que no le pega nada a Juliet, esa señora cotilla y malencarada en cuya pensión se aloja nuestra heroína...) Por lo demás, La sociedad literaria y el pastel de piel de patata es una película muy grata y apta para todos los públicos que, además de reivindicar el poder de los libros incluso en medio de una guerra, nos muestra los intensos lazos que pueden unir a las personas aunque no formen una familia. En eso comparte intenciones con Un asunto de familia, la estupenda película del gran Kore-Eda que he vuelto a ver precisamente esta semana.

María, reina de Escocia

de Josie Rourke. Reino Unido, 2018. 124.
9 de febrero de 2019. Cines Parqueastur, Corvera.

Tras la muerte de Francisco, María Estuardo vuelve desde Francia para ocupar el trono de Escocia. Las tensiones con su prima Isabel de Inglaterra no son mayores que las que tiene que soportar en la corte de su país. Allí no aceptan a una reina católica que quiere ser tolerante. Isabel no tendrá hijos así que el de María podría ocupar el trono de los dos reinos. Pero antes los intrigantes conseguirán que María sea destronada y tenga que huir a Inglaterra. Veinte años después Isabel ordenará su ejecutación. 

Todos los personajes son guapísimos y todos paisajes son preciosos. Josie Rourke se recrea en unas ambientaciones que hacen muy agradable contemplar cada escena. En cuanto al relato, hay proyección hacia el pasado de los valores del presente: la voluntad de integración británica, el feminismo (aunque sea monárquico), la reivindicación de la homosexualidad... Nada nuevo en cualquier relato sobre el pasado, ya lo hagan historiadores, jueces o cineastas. Así que, viendo esta elegante recreación de unos personajes de los que podrían sentirse orgullosos hasta los brexiteros, uno no puede dejar de pensar en la manifestación de mañana en Madrid y en el juicio que comenzará pronto sobre otros hechos más recientes en Cataluña. Dejando al margen estas elucubraciones me quedo con los elegantes imágenes de la película y con las estupendas interpretaciones de Saoirse Ronan y Margot Robbie en los papeles de las reinas María e Isabel.

miércoles, 6 de febrero de 2019

Los fantasmas de Ismael

de Arnaud Desplechin. Francia, 2017. 110’.
6 de febrero de 2019. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.

Un director de cine prepara una película. Hace veinte años desapareció de repente su mujer y, ahora que él tiene una relación estable con otra, ella regresa y lo desestabiliza todo. También la propia película. De hecho, no está claro si es más loca la que el protagonista prepara o la que nosotros vemos. 

La presencia de Mathieu Amalric, Marion Cotillard y Charlotte Gainsbourg no compensa el aburrimiento que provoca una película que tenía mimbres para ser una historia de sentimientos apasionados o un buen thriller, pero que al mezclar sin ton ni son las dos cosas acaba siendo una abigarrada sucesión de escenas sobre cuya relación uno se desentiende pronto. Es verdad que la mala calidad de las proyecciones en el Valey no ayuda a mantener la atención, pero creo que aunque las imágenes hubieran tenido más luz la película no mejoraría. Los fantasmas de Ismael es una prueba más de la facilidad que el mal cine francés (y hay mucho) encuentra siempre hueco en nuestras salas.

domingo, 3 de febrero de 2019

RGB

de Julie Cohen y Betsy West. EE.UU., 2018. 97.
3 de febrero de 2019. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

RGB es Ruth Bader Ginsburg, juez del Tribunal Supremo de EE.UU. desde hace quince años. Jurista comprometida con la igualdad entre los sexos ganó en los años setenta varios casos que cambiaron muchas cosas para las mujeres en aquel país. El documental repasa su vida profesional y familiar destacando cómo esta anciana menuda se ha convertido en icono de los ideales liberales en un país que está siendo asolado por el huracán conservador que sopla por todo el mundo.

Ayer veíamos una bonita película que ponía de manifiesto la gran tarea que la lucha contra la discriminación racial tenía aún pendiente en los Estados Unidos en los años sesenta. Una década después esta heroína de los derechos civiles ponía de manifiesto que sobre cuestiones de género las injusticias en su país casi podían compararse con las que eran habituales en el nuestro. Julie Cohen y Betsy West nos lo muestran en esta película que es a la vez reivindicación y homenaje a esta mujer que trabajó tenazmente en lugares tan poco propicios para cambiar el mundo como los tribunales de justicia.

sábado, 2 de febrero de 2019

Green Book

de Peter Farrelly. EE.UU., 2018. 130.
2 de febrero de 2019. Cines Parqueastur, Corvera.

Tony Lip es un italiano de maneras rudas que vive en el Bronx y trabaja manteniendo el orden en un club nocturno. El local estará cerrado por obras durante dos meses, así que Tony acepta la propuesta de cuidar y hacer de chófer para Don Shirley, un virtuoso pianista de fama internacional que hará una gira de ocho semanas por lugares del profundo Sur de Estados Unidos en los que la segregación racial sigue estando muy presente. Son los primeros años sesenta. Y Shirley es negro.

El Libro Verde es una singular guía de viaje que recoge los alojamientos seguros para los negros. Aquellos en los que no se los rechaza. Y tendrán que usarlos alguna vez estos dos curiosos compañeros de viaje que llegarán a hacerse amigos pero que inician su periplo desde posiciones radicalmente opuestas: en el color de su piel, en sus formas de hablar y comportarse, en su relación con el arte y también con la gente. Los dos son neoyorquinos no WASP y notarán más claramente lo que eso significa lejos de su ciudad. Green Book es casi un cuento de Navidad antirracista (especialmente en su entrañable final) que con una cuidadísima ambientación nos ofrece una interesante mirada sobre los años sesenta en Norteamérica. Además, cuenta con las estupendas interpretaciones de un Viggo Mortensen en unos registros (y unos kilos) poco habituales en él y un Mahershala Ali que, igual que su personaje, nos ofrece toda una lección de elegancia y contención interpretativa. Green Book es una película bonita y entrañable que resulta apta y edificante para cualquier público.