28 de diciembre de 2019. Cine Artistic Metropol, Madrid. V.O.S.
Seguimos de cerca a Juan, un barcelonés que pasa las noches al raso y los días deambulando con la única compañía de su perro y su botella de vino. Él solo tiene un afán, pero no lo sabremos hasta el final de un periplo que por una vez no es azaroso.
No habíamos estado nunca en el Artistic Metropol, un espacio radicalmente cinéfilo en la calle Cigarreras que parece primo hermano del Zumzeig de la barcelonesa calle Béjar. Y ha sido un gustazo conocerlo con esta película de hiperrealismo áspero, de profundidad de campo mínima y en la que las noches son siempre frías y vulnerables. No es un documental de denuncia pero sí es cine comprometido. Sobre todo con la voluntad de retratar unos días en la vida de un hombre que, sin mirar nunca a la cámara, nos revela la marginalidad existencial más periférica. Se nota que Xesc Cabot y Pep Garrido repudian cualquier subrayado porque saben que contra el ostracismo de los nadies no hay nada más eficaz que la verdad. Por eso algunas imágenes pueden parecer demasiado incómodas y desaliñadas. Como la vida de Juan. Como la de tantas personas que pasan los inviernos en nuestras calles. Para ellas la indigencia no tiene, como algunos piensan, etiología psiquiátrica, alcohólica o deliberada. De hecho, salir de ella no es solo cuestión de voluntad. Por si alguien lo duda, Sara Mesa lo deja meridianamente claro en su libro Silencio administrativo.