7 de junio de 2013. Parqueprincipado, Lugones.
Jon es un adolescente insolente. Tras ser expulsado del colegio, su madre decide enviarlo con su abuelo Max para que le temple. Un violento incidente en el que muere un joven ecuatoriano pondrá a prueba a esa familia
Aunque no las reseñé aquí porque eran cortometrajes, hace unas semanas pude ver en el Valey varias películas de temática social (como la magnífica A new way of life de Mikel Mas). Entre ellas estaba Fracaso escolar, un corto de Gracia Querejeta en el que Adriana Ozores se las veía con este Arón Piper que perdía todos los autobuses. La buena impresión que me causaron esos ocho minutos me hacían esperar que este quinceañero sería un buen contrapunto para esa estupenda actriz que es siempre Maribel Verdú. Pero la inspiración de Gracia Querejeta en aquel corto se pierde en estos 15 años y un día. La película me deja la sensación de que se quiere reivindicar a esta
(¿arquetípica?) familia vasca que, a pesar de su dificultad para expresar sentimientos, tendría nobleza y hondos
valores. Así, acaba disculpándose el mal rollo y el machismo
precoz de ese adolescente (uno de los nuestros) al que se quiere distinguir de esos jóvenes latinos marcados (no solo) con cicatrices y
tatuajes. Seguramente Gracia Querejeta no quería ser conservadora en su
visión de la familia ni levantar una frontera moral entre los nuestros (el buen Jon) y los otros (los ecuatorianos malos). Pero algo de eso destila su historia.