27 de noviembre de 2014. Cines Centro, 52º Festival de Cine de Gijón (sección oficial).
Patón y Ale forman una pareja perfecta. Él es impulsivo y tiene pocas luces pero también es muy noble y afable. Ella es muy maja e inteligente, además sabe llevarlo. La relación entre ellos es alegre y juguetona. Y no cambia en este momento duro en que él ha decidido colgar las botas y retirarse del modesto equipo de futbol en el que ha estado jugando.
No cuenta nada y lo cuenta todo. Habla de la pareja, del (otro) fútbol, de la familia... y del vertigo del presente cuando se abre un futuro nuevo. Un guión que fluye en conversaciones que da gusto escuchar a cargo de actores que da gusto ver. Esteban Lamothe está impecable en el papel de este futbolista impetuoso e irascible que, sin embargo, se hace querer. Nada nuevo de un actor que bordó el personaje de aquel estudiante por el que Santiago Mitre consiguió el premio a la mejor película hace tres años en este festival. También lo habíamos visto en su fugaz pero poderosa intervención en Pensé que iba a haber fiesta, la estupenda película de Victoria Galardi. Julieta Zylberberg (hace pocas semanas la vimos hacer de camarera en el segundo de los Relatos salvajes de Damián Szifrón) está también espléndida en esta película en la que interpreta la mejor parte de esta deliciosa pareja. El cinco de talleres es una historia sencilla de ese magnífico cine en el que no pasa nada mientras está pasando todo.