18 de febrero de 2015. Casa de la Cultura, Avilés.
Testimonios, imágenes y análisis sobre un imaginario avilesino. El de las campanas y los coreanos. Las campanas eran una tecnología homicida que los ingleses habían usado en la India y que aquí dejó sepultados a muchos trabajadores sin nombre. Los coreanos eran el estigma con que los de aquí "de toda la vida" repudiaban a los forjadores de un cambio que llegó a salir en el Nodo. Cinco campaneros, decenas de fotografías y algunos expertos documentan lo que sucedió en aquellas marismas en las que se levantó una gran siderurgia hace sesenta años.
Pura memoria histórica. La que también merece ser reivindicada aunque no tenga relato. Es la memoria de nuestros orígenes. Los de los avilesinos con padres que no lo eran. Hoy ellos han llenado por cuarta vez el auditorio de la Casa de la Cultura para verse reflejados en este espejo filmado de lo que aquí pasó hace más de medio siglo. No es un documental de creación. Ni tiene discurso político. Tampoco grandes ambiciones estéticas. Pero es un documento honesto sobre aquellos tiempos terribles en que los sueños y las pesadillas dormían en las mismas camas. En las camas calientes, en los barracones, en las calles de una ciudad que acabaría logrando el milagro de conservar lo mejor de si misma haciéndose a la vez la más abierta y la más diversa de Asturias. Los aplausos finales no eran de unos pocos cinéfilos. Eran de la generación que protagonizó aquella intrahistoria heroica. La de nuestros padres.