8 de febrero de 2015. Centro Niemeyer, Avilés.
Hace cuatro mil años en el corazón de América cayó una lluvia de meteoritos. En algunos relatos indígenas todavía hay huellas de aquel suceso. Y también bajo la tierra roja del Campo del Cielo, un lugar del Chaco argentino al que llegó desde Norteamérica un científico dispuesto a medir el cráter. Y un traficante de piedras dispuesto a llevarse los meteoritos.
Piedras, leyendas y mapas. También imágenes filmadas. Esos son los materiales con los que Sergio Wolf construye este peculiar documento sobre metales extraterrestres, norteamericanos que investigan o roban y un policia honrado que impide el expolio. Se queda lejos de la mayúscula Nostalgia de la luz de Patricio Guzmán, pero también habla de lo cerca que pueden estar del cielo algunos lugares de América. A mi me ha hecho pensar en aquella tarde de agosto de 2012 en que desde el balcón de la casa de Salamanca tuvimos la suerte de ver un meteorito (o un bólido, no voy a discutirlo) cruzando encendido el cielo antes de dividirse en tres y perderse muy lejos en el horizonte. Quizá más allá de Portugal.