16 de abril de 2015. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.
Noche de San Valentín en la Brasserie Romantic. Angelo es el chef y Pascaline lleva la sala. Son dos hermanos que se complementan y parecen necesitarse (sobre todo él a ella). Entre los comensales hay un matrimonio en crisis con marido imbécil, una mujer que intenta suicidarse con bombones, un pazguato que espera cenar con la mujer de su vida. Y Frank, un antiguo amante de Pascaline que se va esta noche a Buenos Aires y le pide que lo deje todo y vaya con él.
18 comidas de Jorge Coira, Soul Kitchen de Fath Akin y El somni, del Celler de Can Roca de Franc Aleu fueron las películas elegidas para el ciclo de cine y gastronomía que organicé con mis alumnos el mes pasado. Esta Brasserie Romantic sería un cuarto título perfecto que maridaría (nunca mejor dicho) estupendamente con la primera. Aquella magnífica película se desarrollaba en mesas diversas de una misma jornada gallega. En esta casi no salimos de un comedor para parejas y una ajetreada cocina en esta noche belga. Las variaciones gastronómicas sobre el mantel combinan muy bien en el cine con las variantes del amor. Joël Vanhoebrouck lo demuestra en esta grata película que la extraordinaria calidad de proyección de esta sala hace que degustemos con fruición. Brasserie Romantic es una historia bien contada que ni empalaga ni empacha.