8 de abril de 2015. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.
Eleanor cruza un puente entre Manhattan y Brooklyn. Y se lanza al río. Tras salir del hospital vuelve a vivir con sus padres y su hermana. Y a retomar algunas clases en la universidad. Rehuye el contacto con Conor, al que dejó después del intento de suicidio. Pero también vive varada tras esa separación. Finalmente se irá a París por un tiempo y al regreso volverá a aquel parque en que todo empezó con él.
Contra lo esperado, la parte de ella parece menos triste y más luminosa. Las escenas de los breves encuentros entre Eleanor y Conor se repiten en las dos películas pero no solo cambian los puntos de vista, también algunas de las palabras que se dicen (¿o creen decirse?). El refugio familiar de ella también daría para muchas historias. Como la que intuimos en la renuncia de esa madre francesa. Como las de los afanes universitarios de ese padre interpretado por William Hurt que tiene un momento perfecto cuando le cuenta a su hija el instante peor y mejor de su vida: aquel en que creyó perderla en el mar y volvió a encontrarla bajo el agua. También emociona el reencuentro catártico entre Eleanor y Conor en la casa. El que preludia el final feliz de este díptico tan bien contado. Y tan bien programado en la estupenda experiencia cinematográfica de esta noche simétrica de sesión doble en el Valey.
Contra lo esperado, la parte de ella parece menos triste y más luminosa. Las escenas de los breves encuentros entre Eleanor y Conor se repiten en las dos películas pero no solo cambian los puntos de vista, también algunas de las palabras que se dicen (¿o creen decirse?). El refugio familiar de ella también daría para muchas historias. Como la que intuimos en la renuncia de esa madre francesa. Como las de los afanes universitarios de ese padre interpretado por William Hurt que tiene un momento perfecto cuando le cuenta a su hija el instante peor y mejor de su vida: aquel en que creyó perderla en el mar y volvió a encontrarla bajo el agua. También emociona el reencuentro catártico entre Eleanor y Conor en la casa. El que preludia el final feliz de este díptico tan bien contado. Y tan bien programado en la estupenda experiencia cinematográfica de esta noche simétrica de sesión doble en el Valey.