29 de mayo de 2015. Cines Parqueastur, Corvera.
Darío repite tercero de la ESO. Pero sus padres, separados y pendientes de juicio, creen que está en cuarto. Tras intentar robar unos exámenes una noche en el instituto y descubrirse su situación, decide irse de casa. En los días siguientes solo tendrá el apoyo de su amigo Luismi, de un patético canalla que le utiliza en sus trapicheos y de una dulce anciana a la que ayuda a recoger cacharros viejos por la noche.
Hay voluntad de naturalismo periurbano. A lo Barrio de Fernando León de Aranoa, pero con menos poesía. Hay personajes muy logrados y estupendamente interpretados. Como el adolescente Darío (Miguel Herran) y, muy especialmente, su amigo Luismi (Antonio Bachiller). También la anciana Antonia (Antonia Guzmán), que tiene un texto magnífico, y Caralimpia (Felipe Vélez), ese delincuente maduro y cutre que por momentos me ha recordado a un Harvey Keitel ibérico. Pero aunque la historia se sigue bien, quedan sin rematar algunas tramas paralelas (como el Caralimpia encarcelado) y se acaba moralizando y culpando a los padres de lo que le pasa a este adolescente. Por lo demás, si se busca el naturalismo no debe haber errores tan increíbles como que un responsable de un instituto público expulse a un alumno y diga que solo le quedaría la oportunidad de ir a la privada. Ni siquiera en el Madrid asolado por las políticas ultraconservadoras, un directivo de un instituto público diría una cosa así.