12 de julio de 2015. Teatro Filarmónica, Oviedo. III Festival Internacional de Cine y Arquitectura.
Tres adolescentes marginados que se unen. Primero para defenderse. Luego para vengarse. Son los héroes del mal.
Los adolescentes como perversos polimorfos. Esa podría ser la tesis de una película (otra más) para reforzar ese imaginario que concibe los institutos como lugares peligrosos habitados por seres intratables. Entre la deliciosa infancia y la sosegada vida adulta parece existir una edad aquejada por todos los males y en la que cualquier maldad es posible. Los héroes del mal casi podría verse como cine gore lleno de violencia y mal rollo si no fuera por sus pretensiones naturalistas que acaban haciéndola aburrida. Así que no entiendo la decisión del jurado de la prensa que le ha concedido el premio de la crítica en esta edición del Ficarq. Los héroes del mal queda muy lejos de aquel otro trío, también formado por dos chicos y una chica, sobre el que Patricia Ferreira aportó una mirada mucho más sutil en su magnífica Los niños salvajes.