26 de marzo de 2014. Hospital San Agustín, Avilés.
Un amigo del padre de Elisa la violó cuando tenía once años. Tendrán que pasar catorce hasta que ella recuerde y comprenda lo que sucedió aquella tarde.
Una voz va contando la historia de la Elisa niña. Como si fueran viñetas de un cómic, los planos fijos de los personajes parecen solo ilustrar el relato. Pero a partir de la repentina anámnesis de la Elisa joven la voz desaparece y una cámara más subjetiva nos hace sentir lo mucho que la desestabiliza ese descubrimiento. El episodio de la violación vespertina se describe con una elegancia que parece emular al Víctor Erice de Alumbramiento. Sin embargo, la forma en que se plantea aquella agresión parece poco verosímil. Como el extraño olvido de un suceso así por una niña que ya es casi una adolescente. Eso se comentó en el interesante coloquio que siguió a la película. Ver cine en el salón de actos de un hospital resulta algo nuevo. E interesante. El Comité de Ética para la Atención Sanitaria del Área de Avilés ha organizado esta proyección/encuentro que ha contado con la presencia de un buen número de profesionales sanitarios. Una experiencia interesante que ojalá se repita.