5 de junio de 2014. Centro Niemeyer, Avilés.
Aitor y Asier eran amigos desde que iban al colegio en Pamplona. Aitor se fue a Madrid y se hizo actor. Asier se quedó, entró en ETA y luego en la cárcel. Los amigos madrileños de Aitor no comparten su tendencia a matizar sobre lo que pasa en el País Vasco. Él tampoco comparte la tendencia a no matizar de la gente como Asier. Con este documental intenta entender a su amigo etarra. Y explicarles a los de Madrid por qué le sigue queriendo.
Es un documental fresco sobre un tema duro. Por encima de todo quiere huir del blanco y el negro. Del conmigo o contra mi. Busca entender sin relativizar. Pretende escuchar sin comulgar. Con recursos muy simples (una videocámara, unas fotos, unos dibujos a los que se saca un gran partido y la voz de Aitor intentando explicarse y explicarnos lo que pasa) va construyendo una película que, aunque parezca ingenua, aporta una mirada solvente sobre la naturaleza del "conflicto" y el "proceso". Momentos como el reencuentro tras la salida de la cárcel, la canción de la tía de Asier en el hospital o los reproches de su madre en la cena de nochevieja destacan especialmente en una película tan interesante en el fondo como amena en la forma. Otra prueba de lo útil que puede ser el cine para aportar miradas lúcidas sobre problemas enquistados. Lástima que los enquistadores vayan poco al cine. Y menos para ver películas como esta.