25 de octubre de 2014. Teatro Zorrilla, 59º Semana Internacional de Cine de Valladolid (sección Punto de Encuentro). V.O.S.
Melik nos cuenta su historia. La de su pasión por el cine que le llevó a estudiarlo en la universidad de Lyon y la de su temor a no poder verlo más tras el desprendimiento de retina que le ha obligado a volver a Estambul. Tras la operación en su ojo izquierdo (el derecho ya lo había perdido cuando era adolescente) pasará cuarenta días boca abajo con los dos vendados. Y con la incertidumbre de no saber si podrá volver a ver.
Tenía motivos familiares para que esta historia me resultará muy próxima. Por otra parte, el magnífico recuerdo de Gabor, el documental sobre un director de fotografía ciego que vimos en la Cineteca de Madrid hace unos meses, también nos animó a elegir esta película entre la oferta matinal de la Seminci (se proyectaba en el teatro Zorrilla, lo que también es un aliciente). Y lo cierto es que este ensayo autobiográfico sobre la ceguera no nos ha defraudo. Al contrario, es muy original en la manera de contar una historia que podría resultar dura, pero que se hace muy grata e interesante. Los encuadres, la composición de las escenas, el uso de la voz en off, la manera de organizar las partes que se ven de la pantalla y las numerosas referencias a la propia actividad cinematográfica del protagonista me hacen pensar en un estilo generacional ágil y fresco que Kurtulus y Saracoglu podrían compartir con directores que me gustan tanto como Siminiani. Hay un uso impecable del espacio doméstico, de la naturalidad cotidiana de los miembros reales de la familia de Malik. Y hay también referencias al propio cine tan oportunas como las de los Lumiere (un apellido muy relacionado con Lyon y con los miedos de Melik) o Buñuel (en esa dulce evocación del ojo pintado en una tarta que un cuchillo corta). Así que hemos tenido suerte con la elección de esta mañana y hemos podido comprobar nuevamente el excelente nivel del cine turco. Quizá no se vea en España, pero Gözümün Nûru es una propuesta sobresaliente que no merecería ser proyectada solo en este festival. También ha sido muy bueno el corto de animación que la ha precedido (Una taza de café turco, de Bir Fincan Türk Kahvesi) en el que una abuela resume para su nieta la historia de su vida en lo que dura un café.