11 de junio de 2015. Centro Niemeyer, XIV Certamen Nacional de Cortometrajes de Avilés.
Cinco tipos enloquecidos (literalmente: la crisis económica los llevó al manicomio) organizan un plan para secuestrar al presidente de un banco muy central y vengarse de lo que les/nos ha pasado.
Isaki Lacuesta ha organizado con un montón de actores muy conocidos (y muy buenos) esta gamberrada que parece más un desahogo que una película. Quien haya coqueteado con la idea de que la violencia sería muy útil con los más canallas del sistema financiero disfrutará mucho con esta historia que tiene momentos tan curiosos como ver a José María Pou haciendo de magnate bancario con las maneras del Marlon Brando de Apocalypse Now (el guiño de la escena en el agua podría extenderse también al título de la película de Coppola). Con esta proyección se cierra la segunda jornada de este XIV Certamen Nacional de Cortometrajes de Avilés que ayer estuvo dedicado a la sección de Asturias con trabajos tan interesantes como La comedia divina de Juan Caunedo (un hermosísimo poema visual que es toda una lección de excelente encuadre y montaje y de lo que se puede llegar a hacer con la música contemporánea y las imágenes de una ciudad tan especial como La Habana), Sinfonía de Galernas de Nadia Penellas (otra pequeña joya filmada en días de temporal nuestras costas) o Malas vibraciones (una historia curiosa y divertida sobre los celos de un hombre que descubre que su mujer tiene un vibrador). Hoy la jornada empezó en la mañana con la excelente iniciativa Palabra de Corto que llevó al auditorio del Niemeyer los diez cortos finalistas de la sección Aulas Móvil (cuatro son de mi centro) que se proyectaron para varios cientos de alumnos (nosotros llevabamos a todos los de 4º de ESO). Antes de los cortos se proyectó A cambio de nada y el propio Daniel Guzman vino a Avilés para un animadísimo coloquio con los adolescentes que disfrutaron mucho con su película y con este estupendo encuentro matinal. Entre los cortos de la sección Aulas móvil, me quedo con el que presentaron mis alumnos: Adelante, de Gianni Sánchez Napolano (tan edificante en el tema como elegante en su sencillez). En la tarde se proyectaron seis cortos finalistas de la sección oficial entre los que me han gustado Si tuvieran ojos de Polo Menárgues (una historia que habla de las relaciones de pareja a través de la metáfora de unas puertas que no pueden abrirse), Soy tan feliz de Juan Gautier (una historia familiar sobre una joven dañada que podría dar para un largo al estilo de La herida de Fernando Franco) y Zarautzen erosi zuen (una sencilla historia sobre lo mal que lo puede pasar una mujer tímida que no olvida que otra le ha robado una camisa en su tienda). Va muy bien, por tanto, este festival de cortos que tiene un ambiente animadísimo y que está abarrotando la sala de cine del Niemeyer en todas las proyecciones.