30 de agosto de 2015. Cines Parqueastur, Corvera.
Con la guerra de los Balcanes a punto de terminar, alguien ha tirado un cadáver a un pozo con la intención de contaminarlo. Un grupo de cooperantes busca una cuerda para intentar sacarlo. Será un día intenso en el que conoceremos el carácter de cada uno. Y también algunos de los desastres de aquella guerra.
Un pozo, una cuerda y una pelota. Solo con eso y con la poderosa presencia de Benicio del Toro y Tim Robbins (también la de Olga Kurylenko y Mélanie Hierry) Fernando León de Aranoa consigue armar una buena historia que muestra mucho más de lo que cuenta. Un día perfecto es un día cualquiera para este grupo de extranjeros que viven la solidaridad internacional como algo cotidiano. La truculencia con que muchas películas se han acercado al horror de las guerras se sustituye aquí por una ironía que hace compatible la sonrisa con la emoción. Un delicado equilibrio que Fernando León de Aranoa logra mantener con un guión bien escrito en el que cada pequeña historia (la del niño, la de las vacas minadas, la del contraste entre las vidas de los cuatro, la de las burocracias de las fuerzas de la ONU...) va componiendo un grato y eficaz alegato antibelicista. Por lo demás, ese pozo en el que se pudre un muerto que ningún extranjero parece capaz de sacar es toda una metáfora de aquella guerra tras la que tiene que llover mucho para que salgan a la superficie y se puedan superar los horrores del pasado.