30 de marzo de 2018. Cines Ocimax, Gijón.
Neïla Salah llega tarde a la primera clase en la facultad de derecho y el profesor se ceba con ella. Es un tipo desagradable al que, tras el incidente, el rector obliga a que prepare a esa alumna para un concurso nacional de elocuencia. En esas pruebas la verdad no importa. Solo convencer al tribunal de que la exposición ha sido mejor que la del contrincante.
Platón no tendría mucho éxito en Francia. Su idea de que la dialéctica es admirable y la retórica despreciable queda bastante lejos del tipo de elocuencia que, según esta película, se cultiva por allí. Por lo demás, la tesis de fondo es bastante reaccionaria. La Francia pagada de si misma, representada por este profesor medio racista, acaba siendo reivindicada por la propia joven. Neïla escapa a su destino como inmigrante de segunda generación asumiendo como propia esa retórica condescendiente que la llevará a convertirse en una brillante letrada francesa. En fin.