lunes, 22 de julio de 2024

Twisters

de Lee Isaac Chung. EE.UU., 2024. 128.
22 de julio de 2024. Multicines Béjar.

Cuando estaba estudiando en la universidad, una cazadora de tornados quiso poner a prueba una idea para controlarlos, pero la cosa salió muy mal. Ahora solo trabaja sobre desde las pantallas y no ha vuelto a acercarse a ellos. Uno de sus colegas de entonces le pide ayuda en una investigación de campo que podría desvelar las claves sobre el desarrollo de los tornados. Ella lo duda, pero finalmente decide colaborar una semana con él. Así descubre los oscuros intereses de algunos financiadores y la nobleza de ciertos cazatornados mediáticos.  

Algunas críticas decían que Twisters era bastante mejor de Twister, la película de Jan de Bont de hace casi treinta años. Y tenían razón. Es verdad que Twisters tiene la forma de un entretenimiento estival apto para muchos públicos (en Estados Unidos, podrían disfrutar con ella tanto los republicanos proclives a las esencias rurales del Medio Oeste como los demócratas urbanos a los que les guste la ciencia). Sin grandes sutilezas, el director de Minari, además de ofrecer un buen espectáculo, consigue que la historia se acerque también a los conflictos entre los valores y los intereses y ponga en cuestión los prejuicios sobre los tipos de personas proclives a unos o a otros. Aunque solo sea como tributo a la corrección política, también está muy bien que la heroína acabe siendo la chica lista y que el guaperas lo asuma sin problema. Finalmente, me parece estupenda esa escena en la que el tornado se acerca a un cine en el que se está proyectando una película antigua en blanco y negro (quizá El Doctor Frankenstein). Que atraviese la pantalla y solo se salven los que se refugiaron en el cine y se agarraron fuerte a las butacas me parece toda una declaración de principios que merece un aplauso. Algo que no esperaba decir sobre una película como esta.

domingo, 21 de julio de 2024

Simple como Sylvain

de Monia Chokri. Canadá, 2023. 110.
21 de julio de 2024. Cines Van Dyck, Salamanca.

Sophia vive en Montreal y piensa arreglar un chalé en el campo con su marido. Así conoce a Sylvain, el albañil que les hará el trabajo y con el que ella inicia una tórrida relación de acabará con su matrimonio. Los dos pertenecen a mundos muy distintos. Ella tiene amigos universitarios y urbanos. Él es mucho más simple y primario. Así que, aunque la atracción entre ellos es intensa e instintiva, su relación amorosa será más complicada.

Por momentos, podría parecer una de esas películas alemanas que ponen en televisión los domingos en las que la gente vive muy bien y se enrolla sin que importen las diferencias de clase. Pero la fogosidad amatoria de esta pareja culturalmente asimétrica, hace que esta comedia tenga bastante más interés y la historia, sin aportar nada importante, se siga con agrado. Lamentablemente, el doblaje (y me temo que también los subtítulos si no se entiende el francés) no consigue transmitir bien las diferencias en los registros de estos canadienses. Ella es culta y refinada, mientras que él parece bastante tarugo. En todo caso, ha sido agradable volver a los Van Dyck en esta tarde de domingo en Salamanca.

martes, 16 de julio de 2024

Soñadores

de Bernardo Bertolucci. Reino Unido, 2003. 120’.
16 de julio de 2024. Cines Embajadores-Foncalada, Oviedo. V.O.S.

Matthew es un joven estadounidense que comparte pasiones cinéfilas con Isabelle y Theo, dos hermanos que, aprovechando que sus padres están de viaje, le invitan a su casa. Allí los tres compartirán juegos, cama y bañera mientras fuera otros jóvenes buscan la playa bajo los adoquines. Es en París. Mayo del sesenta y ocho.

Me ha encantado volver a verla veinte años después. Soñadores es la primera película del ciclo que este verano Embajadores-Foncalada dedica a la ciudad de París. El ambiente no ha podido ser mejor. Edades diversas entre el público, cinefilia radical en los más jóvenes (en eso la pantalla era hoy bastante especular) y ganas de hablar del cine de Bertolucci mientras tomábamos el vino que nos ofrecieron a la salida. Además de confirmarme que mi gusto por su cine no se ha erosionado con el tiempo, hoy he encontrado en Soñadores vínculos curiosos con otras películas estupendas sobre intimidades amorosas en situaciones con espacio perimetrado y tiempo limitado. Por ejemplo, En la cama, del chileno Matías Bize o Una habitación en Roma, de Julio Medem. Con Soñadores formarían un magnífico tríptico, siendo seguramente la de Bertolucci la más atrevida. Ojalá que su cine vuelva a nuestras pantallas. Supongo que para muchos jóvenes sería una sorpresa tan grata como lo ha sido encontrarse ahora con los tres colores de Kieślowski.

lunes, 15 de julio de 2024

Fuera de temporada

de Stéphane Brizé. Francia, 2024. 115’.
15 de julio de 2024. Cines Embajadores-Foncalada, Oviedo. V.O.S.

Mathieu es un famoso actor de cine que ha dejado plantada a la compañía con la que iba a hacer su primer trabajo en el teatro. En pleno invierno se refugia unos días en un lujoso centro de talasoterapia de la costa atlántica francesa. En la zona vive Alice, una mujer a la que abandonó hace más de quince años. Ahora los dos vuelven a encontrarse y comprueban que su sintonía sigue intacta. Juntos se enfrentarán a la melancolía y a la necesidad de suturar viejas heridas.   

Me encanta el cine de Stéphane Brizé. Elegante, comprometido y sutil en el acercamiento a las relaciones humanas, nos ha deparado joyas mayúsculas como Quelques heures de printemps, La ley del mercado, Una vida o Un nuevo mundo. Además, tiene una sintonía especial con Vincent Lindon, seguramente el actor francés que más me gusta. Con él ha conseguido crear personajes cautivadores cuyos silencios lo dicen todo. Aquí es Guillaume Canet quien interpreta a ese hombre varado y Alba Rohrwacher a esa mujer herida, unos personajes que intentarán poner a secar sus corazones en pleno invierno. Todo es sencillo y fascinante en esta historia sobre el reencuentro que tiene momentos tan inolvidables como esa fiesta amigable en la que dos hombres recrean las lenguas de los pájaros. Una escena maravillosa con la que Brizé consigue que el sonido y el silencio sean la esencia de un momento igual de mágico para los personajes y para el espectador. Así que ha sido una delicia ver esta nueva película de Stéphane Brizé. Ojalá que pronto nos llegue la siguiente y que algún festival se anime a hacer una retrospectiva sobre su obra. Su cine bien lo merece.

Bikeriders. La ley del asfalto

de Jeff Nichols. EE.UU., 2024. 116’.
15 de julio de 2024. Cines Embajadores-Foncalada, Oviedo. V.O.S.

Pasados los años, un fotógrafo entrevista a la mujer de Benny, un motero apasionado que uno era uno los miembros más respetados del Club de los Vándalos. Ella es Kathy y va evocando aquellos años sesenta en que el liderazgo de Johnny convertía en un grupo épico a estos idealistas de las motos antes de que ese mundo se llenara de forajidos. 

En Salvaje László Benedek convirtió en icono de los cincuenta la imagen de Marlon Brando con una moto. Y en los ochenta Francis Ford Coppola le hizo un regalo parecido a Mickey Rourke en La ley de la calle. Ahora es Jeff Nichols el que vuelve al mismo tema con dos personajes que tienen aire de leyendas del Oeste interpretados magníficamente por Austin Butler en el papel de Benny y Tom Hardy en el de Johnny. Aunque quizá la verdadera protagonista de esta historia sea Kathy, con la que Jodie Comer crea un personaje cautivador. Bikeriders tiene mucho que ver con las películas clásicas del Medio Oeste con personajes a lo Clint Eastwood, pero yo prefiero pensar que esta historia está menos presidida por la testosterona y podría tener cierto parentesco con las pasiones de otros riders como las retratadas con tanta sensibilidad por Chloé Zhao en aquella joya titulada precisamente The rider. Así que no me parece que el director de Loving, Mud o Take Shelter quiera pasarse ahora al cine épico del gusto republicano (aunque así fuera, su película no estaría por debajo de joyas, tan discutibles éticamente, como Mistic River). De hecho, advierto cierta ironía y voluntad de denuncia de los mimbres que conforman el trumpismo rampante en el retrato que hace de ese personaje salvaje que detesta por igual a los rojos y a los universitarios. Así que Jeff Nichols ha vuelto a demostrar que es un gran director capaz de hacer que nos interese todo lo que lleva a la pantalla.