jueves, 30 de abril de 2015

La sombra del actor

de Barry Levinson. EE.UU., 2014. 112’.
30 de abril de 2015. Cines Los Prados, Oviedo.

La crisis de un veterano actor de teatro llega al límite durante la representación de una obra de Shakespeare. Tras el colapso pasa un mes internado y decide no volver a actuar. Pero el amor de una joven lesbiana que lo idealizaba desde niña le ayudará a recuperarse. Hasta que al perderla decide volver al teatro.

El mejor Al Pacino parece estar a la vera de Shakespeare. Cuando Kevin Spacey trajo a Avilés su Ricardo III, en el cine del Niemeyer se tuvo el acierto de programar en paralelo tres películas relacionadas con esa pieza clásica. Una de ellas era la estupenda Looking for Richard que hace casi veinte años dirigió e interpretó Al Pacino. En La sombra del actor vuelve a Shakespeare y al teatro con una película que tiene muchos puntos de conexión con la magistral Birdman de Alejandro González Iñárritu: la crisis de un actor que empieza a confundir la realidad y el delirio, la tentación de reunirlas con la muerte en un escenario, el miedo a no estar a la altura de la propia trayectoria... Al Pacino parece llevar con mucha comodidad las cuitas de este Simon Axler que responde también a algunas de las obsesiones de Philip Roth, como la forma en que el amor de una mujer joven puede hacer soportable para un hombre maduro el tránsito hacia el declive. Shakespeare, Philip Roth y Al Pacino. Un trío bien armonizado por Barry Levinson en una película que nos permite volver a esos puentes tan gratos que unen al cine con el teatro. 

Songs from the nord

de Soon-Mi Yoo. Portugal, 2014. 72’.
30 de abril de 2015. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

Imágenes de propaganda de Corea del Norte para consumo interno. Filmaciones incidentales de la directora en alguna visita al país. Declaraciones de su padre desde Corea del sur. Y textos reflexivos que valoran todo eso. 

Un conjunto de retales con voluntad de autoría e intención de originalidad. Pero el discurso no se sale del tópico. Corea del Norte se ve como suele parecer. Un lugar triste y asfixiado por una propaganda que cultiva el totalitarismo edípico. Si la película fuera un trabajo fin de grado estaría para aprobar. Pero seguiría a años luz de otras que sí lo son y que también con algunos retales pero con mucha creatividad consiguen resultados tan magníficos como Sobre la marxa, el originalísimo documental de Jordi Morató que vimos aquí el mes pasado.

miércoles, 29 de abril de 2015

2 otoños, 3 inviernos

de Sébastien Betbeder. Francia, 2013. 91’.
29 de abril de 2015. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.

Arman y Amélie. Y en segundo plano Benjamin y Katia. Amores dubitativos que surgen, desfallecen y se reconstruyen en la treintena.

Cuarenta escenas invernales numeradas. Historias de amor y desamor contadas por sus protagonistas mirando a la cámara. Como si fuera un documental que expresa lo que cada uno siente en cada momento. Con el hieratismo y el distanciamiento propios de las declaraciones en voz alta sobre introspecciones personales. Un dispositivo extraño para unos personajes inseguros que podrían ser también los de una comedia romántica.

martes, 28 de abril de 2015

Gett: El divorcio de Viviane Amsalem

de Ronit Elkabetz y Shlomi Elkabetz. Israel, 2014. 115.
28 de abril de 2015. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

Viviane y Elisha viven separados desde hace años. Ella solicita al tribunal rabínico el divorcio. Pero en Israel solo puede concederlo el marido y él se lo niega. Serán cinco años de citaciones y declaraciones para intentar conseguirlo.

No salimos de esa curiosa sala judicial presidida por autoridades eclesiásticas. Las figuras están siempre sobre fondos planos en ese espacio frío. Solo una vez vemos a Viviane ante un horizonte abierto más allá de una ventana. Es justo antes de que vuelva a entrar en la sala al final de la película. Y es precisamente la ausencia de horizontes para las mujeres judías la lección más obvia de esta kafkiana historia que tiene mucho de drama teatral y también momentos muy irónicos. Pero la crítica de las trampas (jurídicas y vitales) que comporta el matrimonio quizá no aluda solo al patético caso de Israel. Porque lo que une y distancia a Viviane y a Elisha también está presente en muchas otras vidas matrimoniadas. Magníficamente escrita e interpretada, la película de Ronit y Shlomi Elkabetz consigue mantener todo nuestro interés durante casi dos horas. Como las mejores historias de jueces y abogados, pero en versión rabínica.

lunes, 27 de abril de 2015

Regreso a Ítaca

de Laurent Cantet. Francia, 2014. 95’.
27 de abril de 2015. Cines Centro, Gijón.

Cinco amigos maduros se reúnen en una azotea frente al malecón habanero. Son Tania, Eddy, Rafa, Aldo y Amadeo. Cinco cubanos que podrían tener la edad de la Revolución y que repasan sus vidas desde el atardecer hasta el amanecer.

En esta Ítaca caribeña nuestro Ulises es Amadeo. Su regreso de España es seguramente el motivo para este reencuentro nocturno en el que las complicidades dan paso a las confidencias y se van revelando los avatares de unas vidas condicionadas por una utopía en la que ya nadie cree. En aquel tributo coral que fue 7 días en La Habana, Laurent Cantet firmó el hermoso epílogo en el que una anciana ponía a trabajar a todos sus vecinos para construir la fuente ceremonial que Oshun le había reclamado en un sueño. Con aquella breve historia el director francés demostraba un cariño por las gentes de Cuba que hace comprensible este regreso. El naturalismo con que sabe poner la cámara tiene aquí un propósito sobre el que, al contrario que en La Clase, no cabe ningún reproche. Aunque se come (no mucho) y se habla (bastante), Regreso a Ítaca no es realmente una película francesa. De hecho, no serán nuestros vecinos quienes más la disfruten. A estos cinco naúfragos solo se les entiende bien cuando se comparte su lengua y se aprecia la deliciosa calidez de esa forma de estar en el mundo propia de los cubanos. Si solo fuera la historia de unos amigos que repasan sus vidas en una azotea ya sería una magnífica película. Pero convertida en caleidoscopio de los avatares recientes de la sociedad cubana se convierte en un testimonio necesario.

domingo, 26 de abril de 2015

Cinco cartuchos vacíos

de Frank Beyer. Alemania (RDA), 1960. 87.
26 de abril de 2015. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.
 
Cumpliendo una misión cinco brigadistas quedan tras las líneas enemigas durante la retirada en el Ebro. Tienen el encargo de regresar para llevar al estado mayor cinco casquillos de bala que contienen lo que ellos creen que son los trozos de un importante mapa. En realidad esa es la forma en que su comandante intenta mantenerlos unidos para que puedan volver a salvo.

Con el Instituto Goethe se programa esta vieja película de la Alemania del Este que reivindica el heroísmo de las Brigadas Internacionales durante la Guerra Civil Española. Planos cortos de rostros asolados por la sed, ambientación y detalles históricos bastante cuidados y una huida épica por las montañas que recuerda a la de los maquis, son lo más destacable de una película en la que es difícil saber los motivos por los que fue filmada hace más de cincuenta años y por los que ahora es programada aquí.

sábado, 25 de abril de 2015

National Gallery

de Frederick Wiseman. EE.UU., 2014. 180’.
25 de abril de 2015. Cine Renoir Princesa, Madrid. V.O.S.

Tres horas en la National Gallery. Contemplando pinturas que alguien comenta, asistiendo a reuniones de su Fundación, escuchando explicaciones de los restauradores, viendo cómo se montan las exposiciones o cómo se decide la ubicación de los cuadros. La vida cotidiana de un gran museo en todas sus vertientes.

La cámara no parece importunar a nadie. Ni a los visitantes ni a quienes trabajan en el museo. Por eso se hace tan grata esta película. Sentimos que estamos en todo sin que nadie advierta nuestra presencia. Hay muchos cuadros en la pantalla. Y muchas explicaciones sobre pintura, sobre arte y sobre política museística. Tres horas que se hacen cortas y que son una gozada para la vista y una provocación para pensar sobre la belleza, sobre el gusto, sobre la función de los museos y sobre el papel del público. Las mejores reflexiones están a veces donde menos se espera. Por ejemplo, en esas consideraciones del experto en restauración que pone de manifiesto la dificultad para desvelar la intención del artista. Hay grandes películas sobre la relación entre la pintura y el cine (El sol del membrillo de Víctor Erice sería la obra maestra). También  sobre la relación entre la vida de un pintor y su obra (Mr. Turner de Mike Leigh sería la más reciente). Con National Gallery Frederick Wiseman aporta un nuevo tema. El de los ecosistemas museísticos como territorio de exploración para la cámara.

viernes, 24 de abril de 2015

Pasolini

de Abel Ferrara. Italia, 2014. 86’.
24 de abril de 2015. Pequeño Cine Estudio, Madrid. V.O.S.

Los dos últimos días en la vida de Pasolini. El regreso de un viaje, una entrevista para la televisión, algunos momentos con amigos, la cálida relación con su madre, sus proyectos creativos, sus encuentros sexuales... Y finalmente su asesinato en una playa de Ostia el 2 de noviembre de 1975.

Pasolini era mucho más que un polémico director de cine. La exposición que el CCCB le dedicó hace dos años mostraba la biografía poliédrica de este intelectual fascinante. De forma condensada, la película de Abel Ferrara también pretende lo mismo. Y en cierto modo lo consigue, pero a costa de que el resultado seguramente interese muy poco a quien no sepa nada de él. La película tiene a su favor lo mucho que se le parece Willem Dafoe y la contenida interpretación que hace del personaje. Sin embargo, que Pasolini hable en inglés se hace bastante extraño.

miércoles, 22 de abril de 2015

El país de las maravillas

de Alice Rohrwacher. Italia, 2013. 110’.
22 de abril de 2015. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.

Padre, madre y cuatro niñas en el campo de Umbría. Viven de la apicultura, en contacto con la naturaleza y lejos de la vida convencional. Un concurso de televisión, en el que la hija mayor quisiera que participaran, y la llegada de un niño, que podría evitar con ellos el reformatorio, hacen que su mundo se desestabilice.

El padre tiene algo en común con el de Take Shelter de Jeff Nichols, pero en versión italiana y algo rousseauniana. Vemos a esa familia ensimismada desde el punto de vista de una niña que está dejando de serlo. Las relaciones entre ellos tienen por momentos la calidez naif del jipismo. Pero otras veces parece que ese padre es un áspero patrone en ese gineceo. El programa de televisión y el camello aportan un punto felliniano a una historia que casi parece un documental. Aunque también tiene momentos poéticos como el que motiva el cartel o el inquietante plano circular con que se cierra la película.

lunes, 20 de abril de 2015

The special need

de Carlo Zoratti. Italia, 2013. 84’.
20 de abril de 2015. Centro Municipal Integrado La Arena, Gijón. V.O.S.

Enea tiene veintinueve años, pero parece un niño bueno y alegre de diez. Es un infeliz al que solo le falta una mujer para ser completamente feliz. Sus amigos Carlo y Alex quieren que la sexual deje de ser una de sus necesidades especiales. Así que lo llevan a Austria y Alemania en su furgoneta para resolver esa carencia. Pero lo que él quiere es una mujer para toda la vida.

No sé qué fascina más de esta película, si el bondadoso magnetismo del protagonista o la maravillosa actitud de sus amigos (uno de ellos es el director). Enea nunca mira a la cámara, así que lo vemos con una naturalidad deliciosa en ese periplo europeo en el que llegará a tocar y a ser tocado por una mujer (como en Las sesiones de Ben Lewin), pero volverá esperando encontrar una novia para siempre. La escena final de los tres dentro de la furgoneta en el atasco es toda una lección de lo mucho que se puede decir sin decir nada. Sobre lo que se puede enseñar a las personas con necesidades especiales. Y sobre lo que se puede aprender con ellas. Es otra película admirable de El Documental del Mes.

domingo, 19 de abril de 2015

Pride

de Matthew Warchus. Reino Unido, 2014. 120.
19 de abril de 2015. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.
 
En pleno thatcherismo un grupo de gays y lesbianas londinenses deciden apoyar la lucha de los mineros recaudando fondos para los trabajadores de un pequeño pueblo galés.

El contexto de los mineros recuerda al de Billy Elliot pero el ambiente es más alegre y comprensivo. También domina el buen rollo entre los activistas londinenses que deciden ayudarlos. Es una historia coral que perfila bien los personajes y contagia tanta emoción como sonrisas. A los homófobos y a los admiradores de la Thatcher Pride no les hará ninguna gracia. Pero ni están ni se les espera. Así que ellos se lo pierden.

sábado, 18 de abril de 2015

Citizenfour

de Laura Poitras. EE.UU., 2014. 114.
18 de abril de 2015. Centro Municipal Integrado Pumarín, Gijón. V.O.S.

Citizenfour es Edward Snowden. Laura Poitras recibe sus mensajes en los que le anticipa informaciones sobre los programas de vigilancia masiva de la NSA. Luego se encuentra con él en Hong Kong y filma la manera en que acuerda con los periodistas Glenn Greenwald y Ewen MacAskill las informaciones que revelarán al mundo la magnitud totalitaria de la vigilancia a la que estamos sometidos por esa agencia norteamericana y su socia británica.

Los Oscar y los BAFTA han reivindicado la dignidad al premiar a este documental. Si lo que narra fuera una ficción también merecería ser premiado. Y es que este relato parece un thriller espeluznante en el que un heroico David se enfrentara a un poderoso Goliat que quisiera hacer real la pesadilla del Gran Hermano. Pero no es una ficción. De Hong Kong Edward Snowden voló a Rusia y allí sigue refugiado (como Julian Assange en la embajada londinense de Ecuador). En lugar de perseguirlo Estados Unidos debería estarle agradecido. Como Laura Poitras muestra diáfanamente en su película,  la privacidad es hoy la clave de la libertad. Y si la defensa de la libertad es una de las señas de identidad de la cultura norteamericana, uno de los ciudadanos que merecen más reconocimiento es precisamente Edward Snowden, un héroe que ha perdido la suya por no ser cómplice de un sistema que compromete la de todos. Gentes como él (o como Laura Poitras o como Glenn Greenwald) más que poner en riesgo la seguridad de sus países son las que mantienen vivos sus mejores valores.

Felices 140

de Gracia Querejeta. España, 2015. 98’.
18 de abril de 2015. Cines Los Prados, Oviedo.

Elia cumple cuarenta años. Y lo celebra invitando a sus amigos a pasar un fin de semana en una finca que ha alquilado en Canarias. Allí les dirá que le han tocado ciento cuarenta millones de euros. Pero un incidente fatal hará que todo se complique.

La primera parte tiene el aire de esas películas francesas en las que unos amigos se reúnen para hablar y comer. Tras el incidente en la bodega se sigue hablando bastante pero más a la manera de Polanski. Los personajes están bien perfilados y estupendamente interpretados por unos actores magníficos. Eduard Fernández y Antonio de la Torre clavan los matices de la bondad y maldad de cada uno de los suyos. Por su parte, Maribel Verdú, Marián Álvarez y Nora Navas componen un triángulo femenino impecable lleno de recelos soterrados. También son oportunos los contrapuntos de los personajes de Alex O´Dogherty, Ginés García Millán, Paula Cancio y Marcos Ruiz. Así que Gracia Querejeta ha tenido tanto acierto al construir su historia como al contar con unos actores que para si quisieran los directores franceses y Polanski.

jueves, 16 de abril de 2015

Brasserie Romantic

de Joël Vanhoebrouck. Bélgica, 2012. 102.
16 de abril de 2015. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

Noche de San Valentín en la Brasserie Romantic. Angelo es el chef y Pascaline lleva la sala. Son dos hermanos que se complementan y parecen necesitarse (sobre todo él a ella). Entre los comensales hay un matrimonio en crisis con marido imbécil, una mujer que intenta suicidarse con bombones, un pazguato que espera cenar con la mujer de su vida. Y Frank, un antiguo amante de Pascaline que se va esta noche a Buenos Aires y le pide que lo deje todo y vaya con él.

18 comidas de Jorge Coira, Soul Kitchen de Fath Akin y El somni, del Celler de Can Roca de Franc Aleu fueron las películas elegidas para el ciclo de cine y gastronomía que organicé con mis alumnos el mes pasado. Esta Brasserie Romantic sería un cuarto título perfecto que maridaría (nunca mejor dicho) estupendamente con la primera. Aquella magnífica película se desarrollaba en mesas diversas de una misma jornada gallega. En esta casi no salimos de un comedor para parejas y una ajetreada cocina en esta noche belga. Las variaciones gastronómicas sobre el mantel combinan muy bien en el cine con las variantes del amor. Joël Vanhoebrouck lo demuestra en esta grata película que la extraordinaria calidad de proyección de esta sala hace que degustemos con fruición. Brasserie Romantic es una historia bien contada que ni empalaga ni empacha.

miércoles, 15 de abril de 2015

Amarás al prójimo

de Malgorzata Szumowska. Polonia, 2013. 102.
15 de abril de 2015. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.

Un cura polaco trabaja con jóvenes problemáticos. Algunos le crean otros conflictos, relacionados con su sexualidad.

"No soy pedófilo, solo maricón". Esa frase que le hace decir Malgorzata Szumowska a su cura viene a resumir la lucha íntima de este hombre. El poderoso arranque con una escena de agresiones a un pobre infeliz parece anunciar un drama mucho más intenso que el de este sacerdote polaco. El color ocre, la cámara inquieta y los abruptos cambios de escenas hacen que la película resulte áspera y seca al comienzo. Pero poco a poco la mirada de la directora se va sosegando para centrarse en las cuitas del protagonista y sus chicos, todos ellos muy guapos. Tanto que por momentos me han recordado a una versión masculina y bronca de aquella Bilitis de Hamilton en la que también dominaban los colores cálidos. El plano final con unos curas emparejados y rigurosamente de negro tiene algo de imputación general al catolicismo de unos pecados que no se entienden si la mirada pretende ser laica.

martes, 14 de abril de 2015

Camino a la escuela

de Palcal Plisson. Francia, 2013. 75.
14 de abril de 2015. Casa de la Cultura, Avilés.

Niños muy rurales que van muy felices a la escuela. Ellos suelen tardar dos o tres horas en llegar. Nosotros por suerte solo los vemos hora y pico recorriendo paisajes de postal de Kenia, del Atlas marroquí, de la Patagonia y de la India. Hasta que ellos llegan a sus escuelas y nosotros podemos salir del cine.

Penoso. Y en versión doblada solo los niños argentinos (y su precioso caballo) se salvan. La escolarización universal es una causa demasiado noble para (mal)tratarla de esta manera. En los créditos he visto a Disney (quizá en la distribución). Y le pega (también en el doblaje). El año pasado le dieron a esta película el César al mejor documental. Supongo que valorando la causa y no el efecto (por ejemplo, en el prestigio del cine francés). Ese jurado debería saber que los verdaderos nadies no siempre viven en territorios fotogénicos. Ni hablan el dialecto de lo políticamente correcto. Pero para saberlo tendrían que haber visto más cine y haber leído más a Galeano, ese uruguayo universal que dio voz como nadie a los que no tienen voz y que perdimos ayer. La portada de hoy de El País con nuestro Eduardo chiquito al sur de la gran foto de Günter Grass (la muerte los iguala, pero Antonio Caño no) y ahora esta patética película francesa me han hecho pensar en lo acertado de uno de sus títulos: Patas arriba. La escuela del mundo al revés. Menos mal que esta mañana para superar la tristeza comencé mis clases leyendo a mis alumnos algunas páginas de El libro de los abrazos. Lo único bueno de esta película es que me ha hecho pensar en Eduardo Galeano. Y en aquella tarde en que lo vimos en Montevideo. En A Brasileira, el más literario de los cafés de la capital más del sur.

domingo, 12 de abril de 2015

Morir en El Tarronal

de Luis Felipe Capellín. España, 2014. 70.
12 de abril de 2015. Centro Niemeyer, Avilés.

No toda la minería asturiana ha sido del carbón. Entre finales de los cuarenta y mediados de los setenta en El Tarronal se extraía cinabrio y se producía mercurio. Una actividad peligrosa que provocó la muerte temprana de muchos trabajadores.

En noviembre de 2013 Luis Felipe Capellín ya estuvo en el Niemeyer presentando su Guerrillero Quintana. Hoy ha vuelto con este nuevo documental sobre las condiciones en que algunos trabajadores vivían y morían en Asturias a mediados del siglo pasado. Los testimonios son de gentes del entorno del Tarronal, de algunos profesores de la universidad de Oviedo y también de un cardiólogo. Por el tema tiene cierta afinidad con Campaneros, el imprescindible documental de Isaac Bazán Escobar que tendrá el próximo miércoles un nuevo pase (¿el octavo ya?) llenando el auditorio de la Casa de la Cultura (no se entiende por qué no se ha programado en el Niemeyer, el que debería ser su lugar natural -casi literalmente-). En todo caso, la relación entre los dos documentales es solo temática. Morir en el Tarronal tiene buenas intenciones, pero la acumulación de testimonios no está bien articulada ni tiene la fuerza narrativa que hace de Campaneros un documento estremecedor y bien informado sobre lo que aquí pasó hace ya más de medio siglo. En el coloquio Luis Felipe Capellín destacó el compromiso desde el que plantea sus trabajos cinematográficos y alguna persona del público aportó nuevos testimonios sobre aquellas minas de mercurio cuyos restos pueden seguir siendo hoy un riesgo ambiental. Seguramente veremos en el Niemeyer el nuevo documental que Luis Felipe Capellín está preparando sobre Rosario Acuña. Y será grato recibirle aquí, aunque espero que también puedan estrenarse en este lugar los Arijanos que está filmando ahora Isaac Bazán Escobar y que se repare cuanto antes la deuda con sus/nuestros Campaneros programándose como se merece esa interesante película también en el Niemeyer.

miércoles, 8 de abril de 2015

La desaparición de Eleanor Rigby: Ella

de Ned Benson. EE.UU., 2013. 95’.
8 de abril de 2015. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.

Eleanor cruza un puente entre Manhattan y Brooklyn. Y se lanza al río. Tras salir del hospital vuelve a vivir con sus padres y su hermana. Y a retomar algunas clases en la universidad. Rehuye el contacto con Conor, al que dejó después del intento de suicidio. Pero también vive varada tras esa separación. Finalmente se irá a París por un tiempo y al regreso volverá a aquel parque en que todo empezó con él.

Contra lo esperado, la parte de ella parece menos triste y más luminosa. Las escenas de los breves encuentros entre Eleanor y Conor se repiten en las dos películas pero no solo cambian los puntos de vista, también algunas de las palabras que se dicen (¿o creen decirse?). El refugio familiar de ella también daría para muchas historias. Como la que intuimos en la renuncia de esa madre francesa. Como las de los afanes universitarios de ese padre interpretado por William Hurt que tiene un momento perfecto cuando le cuenta a su hija el instante peor y mejor de su vida: aquel en que creyó perderla en el mar y volvió a encontrarla bajo el agua. También emociona el reencuentro catártico entre Eleanor y Conor en la casa. El que preludia el final feliz de este díptico tan bien contado. Y tan bien programado en la estupenda experiencia cinematográfica de esta noche simétrica de sesión doble en el Valey.

La desaparición de Eleanor Rigby: Él

de Ned Benson. EE.UU., 2013. 95’.
8 de abril de 2015. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.

Una pareja se va de un restaurante sin pagar. Son Conor y Eleanor en una noche juguetona del comienzo de su amor. Luego les vemos en momentos amargos, cuando ha pasado un tiempo desde la muerte de su bebé. Ella no lo supera y se va de casa. Él se queda solo y las cosas le van mal. Con su restaurante, que acabará cerrando. Con su vida, que sin ella queda a la deriva.
 
Primera parte de un interesante díptico neoyorquino. Más que una historia sobre el (des)amor, es un relato sobre las cicatrices de una tragedia en dos amantes. En esta primera parte el tono es oscuro y sombrío. Lo seguimos a él pero es el drama de ella y el motivo de la separación lo que hace tan triste lo que le pasa. El fuera de campo esta muy presente en esta parte del relato. También esos magníficos personajes, como el de su amigo Stuart o el de su padre, de los que apetece saber más. Al terminar la proyección unos minutos de descanso antes de ver el punto de vista de ella.

martes, 7 de abril de 2015

Negociador

de Borja Cobeaga. España, 2014. 80.
7 de abril de 2015. Casa de la Cultura, Avilés.

2005. Un político vasco dialoga en Francia con dirigentes de ETA. Vemos los encuentros en la mesa de negociación, pero lo más interesante es lo que sucede fuera de ella.

El representante del gobierno se llama Manu Aranguren (pero viene a ser Jesús Eguiguren). Jokin y Patxi son los etarras  (pero son trasuntos de Josu Ternera y Thierry). Se ficcionan aquellas negociaciones que no terminaron bien, pero que supusieron el comienzo del fin. A Ramón Barea lo vimos en agosto en Avilés encarnando un San Agustín memorable. Ahora  está magnífico como este político socialista que se las ve con ese Thierry impulsivo bien construido por Carlos Areces. Borja Cobeaga pone el acento en la periferia de aquellos encuentros para mostrar momentos que incluso pudieron ser hilarantes. Se suma, por tanto, a nuevas miradas como la de Aitor Merino y Amaia Merino en Asier eta biok acerca de un tema que, hasta hace poco, el cine no parecía tener derecho a tratar (Tiro en la cabeza de Jaime Rosales no fue tan bien recibido como merecía y Julio Medem sufrió lo suyo por La pelota vasca). El desliz con la intérprete y la escena con la prostituta están de más al tratarse de un personaje y una historia que no son realmente de ficción. Pero en general Negociador consigue mantenerse en un medido equilibrio entre la cuasicomedia que a veces parece y la seriedad del tema que trata. Diez años después ya nos hemos acostumbrado a vivir sin aquella violencia terrible que durante décadas sufrió este país. Pero nos han quedado lastres tan deplorables como considerar que la de víctima es una condición y no una circunstancia o que el código penal de un país decente pueda incluir expresiones como prisión permanente revisable. Ojalá que el cine nos ayude a superar algún día todo lo malo que nos dejó el terrorismo. Todo.

miércoles, 1 de abril de 2015

Los canallas

de Claire Denis. Francia, 2013. 100’. 
1 de abril de 2015. Cines Centro, Gijón. V.O.S.

Un hombre se ha suicidado. Su hija deambula desnuda y herida. Lo que ha ocurrido parece tener relación con la crítica situación de la empresa familiar y con un tal Laporte. El capitán de un carguero recibe una llamada de su hermana para que regrese a París y les ayude. Él se instala en el edificio donde vive la amante de Laporte e intenta entender lo que le ha pasado a su sobrina.

Cuando en la sala oscura uno lucha contra el párpado una de las cosas que suceden es que las escenas pierden continuidad. Entramos de repente en algunas y otras no las vemos terminar. La somnolencia produce la impresión de un cine fragmentario en el que se entienden cosas de la trama pero otras parecen hilos desconectados. Si Claire Denis quisiera mostrar a un espectador lúcido los efectos del sueño en la percepción del cine no lo podría haber hecho mejor. Pero no creo que haya querido plantear un experimento así. Como tampoco parece que se trate de fallos de montaje o de continuidad (eso que llaman script o raccord) habrá que suponer que se cierta voluntad de estilo. Pero entre la oscuridad de la película y la de la proyección ni siquiera la presencia del estupendo Vincent Lindon consigue salvar esta confusa historia de truculencias pretendidamente oscuras.