de Laura Hojman. España, 2025. 88’.
30 de abril de 2025. Cines Van Dyck, Salamanca.
Trayectoria biográfica y literaria de Agustín Gómez Arcos, el escritor almeriense que llegó a ganar dos veces el premio Lope de Vega de teatro, pero sus obras fueron censuradas y nunca se representaron en España. En 1968 se exilió en París y en los años setenta empezó a escribir novelas en francés. Allí se convirtió en uno de los grandes escritores contemporáneos en esa lengua con notable reconocimiento internacional. Excepto en España, donde sus obras de teatro y sus novelas no fueron publicadas hasta hace pocos años por la editorial Cabaret Voltaire.
"Creo que España es la cuna de la cultura occidental, aunque nuestra enorme riqueza cultural no esté suficientemente valorada en el mundo. Por eso, en mi obra, intento mostrar la España eterna: a mi juicio el Quijote o la Celestina no son personajes del pasado sino del futuro". Qué orgullo y qué vergüenza. Que quien decía eso tuviera que irse de España y escribir en otra lengua para dejar de estar prohibido y ser reconocido, demuestra que este país aún tiene cuentas pendientes con su (des)memoria. Agustín Gómez Arcos volvió a Madrid en los ochenta, pero se sintió en un país tan amnésico e indiferente como el que había encontrado Max Aub al final de los sesenta. Ambos debieron sentir que aquí recibían un doble castigo: antes silenciados y después olvidados. Por eso son tan oportunos los afanes y las palabras de los editores y de Adoración Elvira Rodríguez, su traductora a nuestra lengua. Y especialmente esa conmovedora y esperanzada reivindicación que hacen Marisa Paredes y Alberto Conejero de un escritor tan español, tan libre y tan valiente como Agustín Gómez Arcos. Laura Hojman viene haciendo un trabajo impagable con sus documentales sobre héroes literarios (Los días azules, sobre Antonio Machado, A las mujeres de España, sobre María Lejárraga, y también Tierras solares, sobre Rubén Darío). Son películas necesarias y hechas con la cadencia, la delicadeza y la calidad que su contenido requiere. Buen cine para reivindicar nuestra literatura. Hoy no estábamos en un festival, ni había coloquio después, pero al público salmantino de los Van Dyck le resultó inevitable aplaudir con sentimiento. Nosotros antes de irnos al pueblo, nos pasamos por Letras Corsarias para llevarnos algo de Agustín Gómez Arcos. Fue Ana no.