miércoles, 30 de enero de 2019

El reverendo

de Paul Schrader. EE.UU., 2017. 108’.
30 de enero de 2019. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.

La primera iglesia reformada de Estados Unidos pronto cumplirá 250 años. El reverendo de esa parroquia es un hombre bueno al que acompaña la amargura de haber perdido a su hijo en Iraq y, contra la voluntad de su esposa, haberle recomendado que se alistara en el ejército. Una joven embarazada que va a su iglesia le pide que hable con su marido, un activista ambiental coherente que no quiere traer ningún hijo a este mundo. El reverendo habla con él y conoce sus ideas. Poco después el joven se suicida y él acaba asumiendo algunos de sus empeños. Sobre todo porque una gran empresa muy contaminante patrocinará los actos de celebración del aniversario de su iglesia.

De ética y estética. Del sentimiento religioso y la coherencia personal. De eso va esta contenida película de Paul Schrader que (sin la música de Philip Glass) me ha hecho pensar en el buen díptico que haría con la impresionante Mishima que dirigió hace ya más de tres décadas. La elegante simetría de algunos encuadres, la contención y pertinencia del fluir de las escenas y la actuación de Ethan Hawke, ese actor del que siempre soy devoto pero que aquí me ha conmovido especialmente en el papel de este clérigo que escribe un diario (con los de Thomas Merton como referente) hacen de El reverendo una magnífica película que confirma el buen criterio de la programación cinematográfica del Valey. Una lástima que el proyector de esta sala no tenga más luminosidad.

martes, 29 de enero de 2019

El culpable

de Gustav Möller. Dinamarca, 2018. 85’.
29 de enero de 2019. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

Un policía apartado del servicio atiende el 112 la víspera de que tenga que declarar por algo que ha hecho. Hora y media antes de que termine su turno entra la llamada de una mujer que podría estar siendo secuestrada. Será un caso complicado en el que las mejores intenciones tendrán las peores consecuencias. También será una oportunidad para la redención para este policía que tendrá varios motivos para sentirse culpable.

Den skyldige o El culpable pero no The guilty. La vemos en versión original en danés pero en España se distribuye con el título en inglés. El culpable es una interesante historia en tiempo real con un solo protagonista y un único escenario que me recuerda (para bien) a otras estupendas películas con iguales premisas como Locke de Steven Knight (la mejor de las tres) o Enterrado de Rodrigo Cortés. Con esta última comparte además ese papanatismo anglófilo que llevó a que aquí se titulara Buried. Al margen de esto, Gustav Möller ha construido un relato que atrapa desde el principio al espectador y que, más allá de las conversaciones telefónicas, nos propone una historia que tiene en lo que ha pasado antes (que no sabemos) y en lo que pasará después (que solo intuimos) las claves para dar un significado nuevo a las acciones (catastróficas o exitosas) de este policía que sintiéndose culpable alcanzará la redención.

lunes, 28 de enero de 2019

El Rey

de Alberto San Juan y Valentín Álvarez. España, 2018. 84.
28 de enero de 2019. Teatro Filarmónica, Oviedo.

Juan Carlos y sus fantasmas tras la abdicación. Los de Franco, su padre, Martín Villa, Suárez, Tejero, Felipe González y algunos más. Todos interpretados por tres actores en un escenario oscuro en el que el Rey emérito parece muy asustado.

Termina la VII Muestra de Cine Social y Derechos Humanos con esta película que tiene su origen en una obra del Teatro del Barrio protagonizada por Luis Bermejo en el papel del Rey y con Willy Toledo y Alberto San Juan encarnando al resto. El Rey es un relato militante de maneras expresionistas que presenta a la Transición como una pesadilla continuadora del franquismo con Juan Carlos I como heredero dócil del dictador. Un relato que tiene en su supuesto papel en el 23-F uno de sus momentos más interesantes. De todas formas, si fuera verdad que aquel golpe lo pilotó él, lo cierto es que la única vez que el penúltimo Borbón habría borboneado le habría salido bastante peor a él que al país. Pero de esto no se habló en el coloquio. Valentín Álvarez parece tener las cosas aún más claras de lo que muestra la película. Y no es poco.

sábado, 26 de enero de 2019

El blues de Beale Street

de Barry Jenkins. EE.UU., 2018. 119.
26 de enero de 2019. Cines Parqueastur, Corvera.

Tish queda embarazada. Pero justo entonces su novio entra en la cárcel. Le acusan de una violación que no ha cometido y por la que seguirá allí  cuando nazca su hijo. Será una situación difícil para los dos pero no pondrá en riesgo su amor. 

No tiene la intensidad de Moonlight pero se ve con mucho agrado. La historia es sencilla y fluye con contenida elegancia. Los saltos temporales están tan bien engarzados como esos movimientos de cámara que buscan captar los sentimientos de los personajes. Una música siempre oportuna y una fotografía cálida y bella hacen que El blues de Beale Street parezca dirigido por un Wong Kar-Wai fascinado por la novela de James Baldwin.

lunes, 21 de enero de 2019

Las herederas

de Marcelo Martinessi. Paraguay, 2018. 125.
21 de enero de 2019. Teatro Filarmónica, Oviedo.

Dos amantes maduras que viven como hermanas se ven obligadas a vender los objetos de valor que hay en su casa de Asunción. Una de ellas entra en la cárcel y en ese tiempo la otra gana algo de dinero haciendo de taxista para otras mujeres. Especialmente para una más joven de la que se enamora.

A pesar de la mala calidad del sonido en esta proyección, la contenida historia de Las herederas se hace más que interesante. Con una interpretación soberbia de Ana Brun y una cuidadísima manera de poner la cámara que apuesta por los encuadres intencionados y por una limitada profundidad de campo para concentrar la atención en los personajes, Las herederas vuelve a demostrar la gran calidad del trabajo de los cineastas paraguayos. Igual que me pasa con el cine islandés, creo que me resultaría fácil programar un ciclo con estupendas películas de esa querida tierra sin mal situada en el corazón de América. Ahí van algunos ejemplos del buen cine paraguayo: La hamaca paraguaya de Paz Encina, 108 Cuchillo de palo de Renate Costa, 7 cajas de Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori, La última tierra de Pablo Lamar o Tren Paraguay de Mauricio Rial Banti. Y, por supuesto, Las  herederas de Marcelo Martinessi, una película que tiene bien merecidos los premios que está recibiendo.

sábado, 19 de enero de 2019

Entre dos aguas

de Isaki Lacuesta. España, 2018. 136.
19 de enero de 2019. Centro Municipal Integrado Pumarín, Gijón.

Isra sale de la cárcel y Cheito acaba de volver a San Fernando tras un largo tiempo en un barco de la Armada. Son aquellos hermanos de La leyenda del tiempo que habían perdido al padre y se debatían entre el futuro deseable y el presente posible. Ahora cada uno tiene tres hijos, relaciones amorosas muy distintas e importantes dilemas a los que enfrentarse. Los dos siguen viviendo entre dos aguas.

La leyenda del tiempo es el título de la primera parte de este magnífico díptico y de aquel extraordinario disco que Camarón recomendaba que escucharan más veces quienes no lo entendían. Pero también es una buena descripción de la esencia del cine. Isaki Lacuesta parece asumirlo volviendo a mostrarnos en la edad adulta a unos seres que su mirada convirtió en inolvidables hace ya doce años. Entre dos aguas nos devuelve otra vez a su mundo. Entre dos mares. Entre las salinas y los caños que descubren las mareas en esa tierra extrañamente insular en que nació Camarón. Entre la esperanza y la marginalidad de unas vidas en la encrucijada. Entre el vacío oscuro que dejó el padre muerto y la luminosa calidez de la paternidad reciente. Entre dos aguas también revela la forma en que Isaki Lacuesta ha decidido acercarse a una historia en la que ficción y realidad no se distinguen, en la que el hiperrealismo no es veracidad sino verdad, en la que persona y personaje se funden y confunden, en la que la cámara se diluye en cada escena para asomarnos a instantes que solo pueden contemplar quienes los viven. Entre dos aguas es nítida, poética, luminosa y sugerente. Como las palabras que embelesan de los niños y las pieles tatuadas de los hombres que se siguen bañando como niños.

miércoles, 16 de enero de 2019

El silencio de otros

de Almudena Carracedo y Robert Bahar. España, 2018. 95’.
16 de enero de 2019. Casa de la Cultura, Avilés.

Contra el olvido. A favor de la memoria. Para que las ancianas que todavía viven puedan encontrar los restos de sus padres asesinados. Para que los torturadores de las postrimerías del franquismo no sigan impunes. Para eso cientos de españoles han tenido que presentar sus querellas en Buenos Aires y apelar a la justicia universal.  

El silencio de otros repasa el recorrido tenaz de unas organizaciones que no han encontrado el camino a la justicia en España y han tenido que buscarlo en Argentina. También recuerda aquel pacto del olvido que obligó a que la amnistía de quienes lucharon contra el franquismo tuviera que pagarse con la impunidad de sus adversarios. Y eso al final lo acaba pagando un país amnésico que aún no ha sacado los restos del dictador de donde él mismo quiso estar y sigue manteniendo a miles de españoles en los lugares en que fueron asesinadas. Un país en el que cuesta lo indecible que los nombres de los canallas no se perpetúen en nuestras calles y plazas. Hace unos años frente al Puente del Cardenal en Monfragüe se puso un rótulo que, nombrándolos, homenajeaba a unas decenas de extremeños que fueron asesinados en esa zona. Duró muy poco porque primero fue atacado y luego retirado. Es un ejemplo de la infamia de esa España que silenció las verdades y obligó a tantos españoles a vivir silenciados durante tanto tiempo.

martes, 15 de enero de 2019

Atardecer

de László Nemes. Hungría, 2018. 142’.
15 de enero de 2019. Cines Los Prados, Oviedo.

Una joven que se ha criado en Trieste vuelve a Budapest para pedir tranbajo en la sombrerería que fue la casa de sus padres hasta que perecieron en un incendio cuando ella era una niña. En esa ciudad la joven iniciará una serie de búsquedas. La de un hermano del que no sabía nada. La de unos personajes con relaciones poco claras. Y la del destino que tiene en la corte de Viena la joven que cada año es elegida de entre las trabajadoras de esa extraña sombrerería de postín.

Proximidad máxima, profundidad de campo mínima, sonido omnipresente y seguimiento continuo del protagonista. Esos fueron los mimbres con los László Nemes consiguió que El hijo de Saúl fuera una de las películas más importantes que se hayan filmado sobre el Holocausto. Buena parte de esos recursos los utiliza también en Atardecer, añadiéndoles además una cuidadísima ambientación que nos hace sentirnos en el Budapest inmediatamente anterior a la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, la historia se hace muy confusa. Uno no entiende lo que está buscando esa chica, ni las relaciones entre las gentes que parecen estar al tanto de unos secretos que al menos a mi se me escapan. Así que Atardecer me ha defraudado. Pero eso no empaña el extraordinario recuerdo que tengo de la sobrecogedora historia de El hijo de Saúl.

domingo, 13 de enero de 2019

El vicio del poder

de Adam McKay. EE.UU., 2018. 132.
13 de enero de 2019. Cines Parqueastur, Corvera.

La trayectoria de Dick Cheney. Desde el adolescente mediocre y bobo que tenía a su lado a una novia tenaz hasta el todopoderoso vicepresidente que se hizo con el control de todo y que tanto mal le hizo al mundo tras aquel septiembre de 2001.

Ágil. Irónica. Bien contada. Con un estupendo trenzado entre lo real y lo ficcionado. Así es la nueva y muy intencionada película de un tipo tan lúcido y tan creativo como Adam McKay. Nada que extrañe tras la gran calidad de su estupenda La gran apuesta. McKay viene a ser como otro Michael Moore atrevido pero con muchas más cualidades como cineasta. Con él comparte intenciones éticas y políticas, pero su estilo desenfadado pero riguroso, su capacidad para ironizar sobre todo y la frescura con que articula estas películas tan trepidantes sobre la economía o la política son cualidades notabilísimas que Adam McKay no comparte con nadie.

sábado, 12 de enero de 2019

La quietud

de Pablo Trapero. Argentina, 2018. 117.
12 de enero de 2019. Cines Groucho, Santander.

Dos hermanas se reencuentran en La quietud, la finca a la que también vuelve su padre en estado vegetativo. La reconstrucción de una relación fraternal que es casi amorosa y el descubrimiento filial de una verdad familiar sobre los manejos en tiempos de la dictadura coincide con este momento difícil en el que las dos hermanas están perdiendo al padre.

Hay tres películas en esta nueva historia de Trapero. La sentimental sobre esas dos hermanas tan fascinantes, la política sobre ese vergonzante secreto familiar y la del retrato social sobre la naturalidad con que se saben seguras las élites argentinas. La primera es la que más me gusta. También me interesa bastante la tercera (como ese magnífico retrato de las clases emergentes de los noventa en las afueras de Buenos Aires que hizo Claudia Piñeiro en su estupenda novela Las viudas de los jueves). Sin embargo, la trama política de esta historia me resulta menos interesante. Quizá haya demasiada quietud para que quede claro lo se que pretende con ella.

lunes, 7 de enero de 2019

Pájaros de verano

de Ciro Guerra y Cristina Gallego. Colombia, 2018. 125.
7 de enero de 2019. Teatro Filarmónica, Oviedo.

En el desierto de Guajira, en el norte colombiano, una familia indígena Wayuu cambia su modo de vida tradicional cuando empieza a vender marihuana a los estadounidenses. Entre los años sesenta y los ochenta pasarán de ser ganaderos humildes a clanes organizados del primer eslabón del trafico de drogas. Algo que comprometerá sus formas de vida ancestrales.

Se inaugura la VII Muestra de Cine Social y Derechos Humanos con esta magnífica película del director de la no menos fascinante El abrazo de la serpiente. Los paisajes desérticos y casi abstractos del norte colombiano sirven de escenario poderoso para una historia que comienza pareciendo un bello reportaje etnográfico y que se va convirtiendo en una verdadera tragedia que va mucho más allá de los conflictos convencionales con el tráfico de drogas. Ciro Guerra y Cristina Gallego organizan el relato en cinco cantos que podrían ser los de una tradición oral que contara y cantara, como en la Iliada, el drama de unas gentes que, queriendo evitarla, vivirán los desastres de su propia guerra. Cálida y colorista hasta parecer casi africana, esta nueva película del director colombiano es todo un un homenaje a tradiciones y paisajes poco conocidos de su país. Y también un alegato contra los perjuicios que provocó en los pueblos tradicionales la trampa de servir a las necesidades de los gringos.

domingo, 6 de enero de 2019

Juliet, desnuda

de Jesse Peretz. EE.UU., 2018. 105’.
6 de enero de 2019. Cines Los Prados, Oviedo.

Duncan y Annie son una pareja convencional que vive en un pueblo del sur de Inglaterra. Duncan está obsesionado con Tucker Crowe, una vieja gloria del rock de la que hace tiempo que nadie sabe nada. Casi sin querer, Annie entrará en contacto con él y eso cambiara su vida. Y también la del aquel músico americano.

Una comedia sentimental amable y grata. Más británica que americana, Juliet, desnuda es una historia sencilla que, sin grandes pretensiones, perfila bien a sus tres protagonistas y hace que sea fácil comprender sus cuitas y empatizar con la chica inglesa y el exmúsico americano. Algo obvio teniendo en cuenta que a este último lo interpreta Ethan Hawke, un actor que nunca defrauda.

viernes, 4 de enero de 2019

Silvio (y los otros)

de Paolo Sorrentino. Italia, 2018. 150’.
4 de enero de 2019. Cines Los Prados, Oviedo.

Berlusconi y alrededores. Los de un trepa que busca acercarse a él organizando fiestas con chicas cerca de su mansión veraniega. Los del divo egocéntrico y patético al que vemos derrotado pero también tramando la manera de volver a ser presidente.

La estética tiene ese elitismo barroco y extravagante (y un punto surrealista) que hacía tan fascinantes las imágenes de La gran belleza o La juventud. Y la historia es la caricatura (es decir, la descripción naturalista) de un ególatra superlativo interpretado por un Toni Servillo camaleónico transmutado aquí en aquel insoportable Il Cavaliere. Paolo Sorrentino ya había hecho algo parecido con Giulio Andreotti en Il Divo, con lo que nos está ofreciendo un panorama de la historia reciente de Italia a través de la patética figura de sus líderes más vergonzosamente emblemáticos (lamentablemente su país sigue ofreciéndole ahora material para otros trabajos). En Silvio (y los otros) no solo se despacha a gusto con un personaje que bien lo merece sino que nos ofrece multitud de imágenes seductoras que ya valdrían la pena aunque solo fueran una ficción surrealista sobre el entorno y la intimidad de un Calígula o un Nerón redivivos en la Italia reciente.

jueves, 3 de enero de 2019

Yuli

de Icíar Bollaín. España, 2018. 109’.
3 de enero de 2019. Cines Los Prados, Oviedo.

Yuli es Carlos Acosta. Un bailarín negro y cubano que alcanzó el mayor éxito internacional gracias a su talento natural y al empeño de su padre. Protagonizada por él mismo en la edad actual, la película va repasando su vida desde su infancia habanera hasta sus grandes éxitos en el Royal Ballet de Londres o el Houston Ballet. Yuli nos muestra la forja de un artista que siempre ha sido fiel a sus orígenes.

Volver a La Habana y a la danza es siempre muy grato. E Icíar Bollaín nos ofrece ambas cosas con esta película que es una hermosa historia sobre la pasión y la coherencia no solo de un artista sino también de quienes, como su padre o sus profesoras cubanas, se empeñaron en que llegara a serlo. La historia está bien contada y tiene el aliciente magnífico de esas coreografías del propio Acosta que van ilustrando metafóricamente distintos momentos de su vida.