28 de septiembre de 2019. Teatro Principal, 67º Festival de San Sebastián (Concha de Oro). V.O.S.
Una adolescente que vive con su madre en una favela de Río de Janeiro en los tiempos de las Olimpiadas conoce a su padre que ha vuelto de la cárcel tras pasar catorce años allí. Él es Jaca y ella Tati y los dos se llevarán bastante bien. Él era antes el líder de la favela pero ahora quiere llevar una vida tranquila al frente de un restaurante de comida italiana para turistas. Pero no le será nada fácil.
No es, ni mucho menos, La ciudad de Dios, así que la vería con agrado en Los Prados o en Parque Astur pero me niego a creer que no había nada mejor en la sección oficial para tener que darle a esta película la Concha de Oro. Además de la relación entre la chica y el padre y la forma en que los dos viven en ese entorno, me ha gustado ese plano cenital en que la cámara asciende encuadrando una escalera hasta lo alto de la favela. En Río de Janeiro, esa preciosa ciudad llena de curvas que, al decir de Galeano, fueron diseñadas por Dios el día en que Dios creyó que era Niemeyer, he visto desde abajo la belleza de las favelas encaramadas en unas montañas inverosímiles, pero no había visto lo linda que es también la perspectiva de la ciudad desde ellas. Al menos ese mérito tienen algunas imágenes de esta película que se ve bien y entretiene, pero nada más. Así que finalmente parece que ha resultado mejor la selección de películas que había hecho para este fin de semana donostiarra que las tres que hemos dejado que decidan por nosotros los jurados del festival. De todas formas, la calidad de parte de lo que hemos visto, el delicioso ambiente de la ciudad y la soleada mañana playera con marea bajísima que nos espera mañana domingo antes de volver a Avilés, hacen que haya sido un gustazo esta escapada al festival de San Sebastián. Está un poco más lejos que Valladolid, pero sin duda merece la pena. Así que está muy claro: volveremos.