jueves, 29 de agosto de 2024

Volveréis

de Jonás Trueba. España, 2024. 114’.
29 de agosto de 2024. Cines sur Conquistadores, Badajoz.

Ale y Alex son una pareja estable. Hasta ahora. Ella es directora y está terminando de montar su última película en la que aparece él como actor. Los dos están bien pero han decidido desmontar su relación y separarse. Siguiendo una idea que suele repetir el padre de ella, deciden preparar una fiesta con los amigos para celebrarlo. Será al final del verano. El 22 de septiembre.

Volviendo de Santo André hemos decidido parar en Badajoz para asistir a esta proyección organizada por el estupendo Proyecto Viridiana tras la que Itsaso Arana, Vito Sanz y Jonás Trueba comentan la película y responden a las preguntas del público de las diferentes salas. Entre las muchas cosas interesantes que se dijeron, se habló de la relación del cine de Jonás Trueba con el de Woody Allen. Aunque también hay distancias, yo también encuentro alguna relación con el de Linklater. Al menos en el interés que ambos tienen por dar la mayor importancia a los diálogos cotidianos y por la forma en que consiguen mostrar el paso del tiempo. Linklater de forma expresa en su trilogía Antes de o en Boyhood. Trueba con la precisión estacional (15 de agosto en La virgen de agosto, 22 de septiembre en esta) o vital de sus historias (la adolescencia en Quién lo impide, la juventud que pasa en Los ilusos, Los exiliados románticos o La reconquista). Y, sobre todo, con la lealtad de unos amigos que son a la vez personajes e intérpretes de sus historias, como se ha demostrado esta tarde con los atinados y cordiales comentarios de los tres. Si Los ilusos fue una declaración radical de pasión por el cine y la amistad, Volveréis demuestra la madurez de su cinefilia comprometida y la forma en que esta puede retratar el devenir amoroso dentro y fuera de la pantalla. De hecho, los títulos de sus dos últimas películas (Tenéis que venir a verla y esta) tienen una deliciosa ambigüedad, no sé si deliberada, con la que aluden a la vez al cine y a la vida en pareja. La apuesta de Volveréis es arriesgada, porque siendo fiel al estilo de Jonás Trueba (tan reconocible como el de Woody Allen o el de Eric Rohmer -otro parentesco evidente-), se mueve en un delicado equilibrio entre los riesgos formales (la película dentro de la película o ese homenaje a la labor de montaje que me ha recordado al de María Aparicio en Las cosas indefinidas) y el coqueteo con la comedia romántica, en este caso con la extraña celebración de una separación. Pero es justamente esa equilibrada ambigüedad, esa perfección en la forma de plantear una historia abierta y dar espacio al espectador para que disfrute aportando su mirada, lo que hace tan grandes a cineastas como Jonás Trueba, Rohmer, Allen o Linklater. Por lo demás, se agradece esa costumbre de citar y comentar algunos libros en la propia película (en este caso, El cine, ¿puede hacernos mejores? de Stanley Cavell). Y no sería extraño, como se dijo en el coloquio, que Fernando Trueba acabe recibiendo el Goya al mejor actor revelación por su magnífico papel como padre de la directora (trasunto de propio Jonás). Así que, una vez más, bravo por Jonás Trueba y por sus gentes. Tras el merecidísimo premio en la Quincena de los Realizadores de Cannes, está claro que no se equivocó cuando dejó a Isaki Lacuesta la dirección de Segundo Premio (como pequeño guiño, son granadinos los que tocarán en esa fiesta). Con Volveréis Jonás Trueba sigue fiel a sus territorios cinematográficos y vitales, pero ha conseguido hacerlos aún más fértiles y hermosos.

sábado, 24 de agosto de 2024

Isla perdida

de Fernando Trueba. España, 2024. 128.
24 de agosto de 2024. Multicines Béjar.

Álex va de Barcelona a una isla griega para trabajar en un restaurante dirigido por Max, un estadounidense atractivo con un pasado misterioso. Tras el verano ella se queda con él en la isla, pero la cosa se pondrá peligrosa.

No se entiende que tras El olvido que seremos, la estupenda adaptación de la novela de Héctor Abad Faciolince en la que Fernando Trueba cuidaba tanto las voces que hasta Javier Cámara parecía paisa, se haya permitido desaliños tan notables en este aspecto como los de Dispararon al pianista  o los de esta película. La presencia de Matt Dilon ha debido ser la causa de que todos hablen en inglés en la versión original, aunque en la mayoría de las salas se haya proyectado doblada. En su caso, el problema no es solo el penoso doblaje porque su recital de gestos afectados parece un muestrario de los tópicos de la masculinidad gringa. A su lado Aida Folch hace lo que puede para defender su personaje, pero el problema no tiene solución. Tras un comienzo ligero que parece propio de una de esas series alemanas de la sobremesa televisiva, la cosa se ensombrece hasta asomarse casi al género gore (con hacha y todo). Pero quizá no haya que tomar en serio este patinazo. Quizá Fernando Trueba solo ha querido bromear con los registros y los lugares comunes de ciertos géneros.

jueves, 15 de agosto de 2024

El conde de Montecristo

de Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière. Francia, 2024. 178.
15 de agosto de 2024. Multicines Béjar.

Tras salvar a una mujer de morir ahogada, el marino Edmond Dantès es nombrado capitán. Son momentos felices, pero cuando está a punto de casarse es detenido y encerrado en un castillo por una denuncia falsa e interesada. Allí pasa muchos años hasta que, con la ayuda de otro preso, consigue huir y recuperar un tesoro escondido en la isla de Montecristo. Así se hará inmensamente rico y podrá ajustar cuentas con quienes truncaron su felicidad.

Genoveva de Brabante y El conde de Montecristo. Seguramente son las historias de padecimientos y redenciones que más gustaban en mi casa. La primera la leíamos una y otra vez en el libro de la colección Historias Selección de Bruguera. La segunda se hizo inolvidable en aquella serie de televisión que protagonizaba Pepe Martín. Lo que más me impresionó entonces era la parte del castillo (reminiscencias de Segismundo quizá), pero Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière consiguen que me interesen y se me hagan muy cortas las tres horas de esta historia. La puesta en escena, la fotografía, el guion y la forma en que se trenza el relato hacen que El conde de Montecristo parezca una película clásica recién filmada. Así que, tras el Tiresias de ayer en Mérida, ha sido un gusto poder verla hoy en los queridos cines de Béjar.

sábado, 10 de agosto de 2024

Hipnosis

de Ernst De Geer. Suecia, 2023. 98.
10 de agosto de 2024. Cines Van Dyck, Salamanca. V.O.S.

André y Vera son una pareja joven con un proyecto de empresa. Mientras se preparan para presentar su idea en un evento con inversores, Vera acude a una sesión de hipnoterapia. Desde entonces su carácter cambia mucho. Y también su sintonía con André que asiste pasmado a las pequeñas locuras de Vera que convertirán la participación de los dos en ese evento formal en un pequeño desastre.

La verdadera Vera quizá sea la que sale de la sesión de hipnosis. En contraste con ella, su socio y novio, el preparador para la presentación de la empresa y, en general, todo el evento resultan tan estúpidos como quizá deberían parecernos siempre ese tipo de saraos de innovación empresarial. Hay bastante de crítica a las imposturas de las llamadas start-ups (las empresinas de futuro dudoso), al coaching, al management y a la antropología de los CEO (variantes primarias todas ellas de la estupidez neoliberal). Pero en Hipnosis hay también una historia que merodea el surrealismo en una suerte de evocación accesible de los universos de Lanthimos (sobre todo el de Pobres criaturas, con la que la metamorfosis catártica de Vera podría tener cierto parentesco) o los del también sueco  Ostlünd (sobre todo en The square, a la que, en versión más juguetona y mucho menos áspera, me ha recordado la escena final perruna del personaje de André). Así que ha sido una tarde de sesión doble estupenda en las magníficas salas 7-10 de los Van Dyck que, como todos los veranos, ofrecen una programación en versión original realmente exquisita y singular.

Matronas

de Léa Fehner. Francia, 2023. 99.
10 de agosto de 2024. Cines Van Dyck, Salamanca. V.O.S.

Sofía y Louise comienzan sus prácticas como comadronas en un hospital en el que hay mucho trabajo. Al principio Louise parece torpe y despistada, mientras que Sofía se muestra hábil y tenaz. Sin embargo, las dos tienen un carácter muy distinto y eso afecta a la forma en que manejan al estrés en los momentos más difíciles dentro de los paritorios.  

Un documental reivindicativo sobre el trabajo de las comadronas. Un episodio de Urgencias en un hospital de Francia. Un retrato estresante sobre la formación inicial de los profesionales sanitarios. Las tres cosas parece esta película coral que nos muestra cómo, durante los partos, la pericia humana de Louise compensa las dudas que su sabiduría acaba generando en Sofía. Viviendo en una ciudad en la que en 2023 hubo solo 576 partos (entre uno y dos cada día) se me hace extraña la cantidad de trabajo que tienen las obstetras de esta película. Sea verosímil o no esa intensidad cotidiana, lo cierto es que la película se ve con interés y sirve para reivindicar la labor de una profesión altamente feminizada y que, al menos en Francia, parece postergada.