1 de julio de 2015. Centro Niemeyer, Avilés.
Ouka Leele habla. Ouka Leele pinta. Ouka Leele mira. Y nosotros vemos primeros planos de sus ojos, de las flores que pinta en un muro murciano y también la escuchamos hablar sobre si misma. Y hasta hacerse una autoentrevista.
La Fundación María Cristina Masaveu ha tenido el acierto de encargar a fotógrafos de prestigio trabajos monográficos con la única indicación de que respondan de manera personal al título Miradas de Asturias. En el año 2012 Alberto García-Alix abrió la serie con la magnífica exposición Patria querida que pudimos ver en Gijón en diciembre de aquel año y que luego viajó a Madrid, Lisboa y Nueva York. Después fue José Manuel Ballester el encargado de aportar su mirada sobre nuestra región con Allumar, un impresionante trabajo que se presentó en Gijón en diciembre de 2013 para ir después también a Madrid y Lisboa. El tercer encargo fue a Ouka Leele que debería haber expuesto el pasado diciembre en Gijón A donde la luz me lleve pero, según parece, no pudo acabarlo a tiempo. Así que la tercera mirada sobre esta tierra de un Premio Nacional de Fotografía llegó a Madrid antes que a Asturias. En febrero vimos la exposición en el Conde Duque y volvimos a comprobar el acierto de la Fundación con este proyecto (cada trabajo se completa, además, con la cuidada edición de un libro que incluye más fotografías que la que se exponen). Así que cuando se anunció que Ouka Leele expondría en el vestíbulo del auditorio del Niemeyer pensé que sería esa exposición la que por fin llegaba a Asturias. Pero no. La que ayer se inauguró es de trabajos inéditos anteriores y está comisariada por Rafael Gordon que estos días acompaña a Ouka Leele en Avilés y ha presentado hoy con ella esta película. Sobre ella (y sobre el coloquio que siguió a la proyección) mejor no digo nada. No he visto todavía la exposición pero estoy seguro de que me gustará mucho más que lo de hoy.