de Fernando Guzzoni. Chile, 2022. 94’.
6 de junio de 2023. Casa de la Cultura, Avilés.
Blanquita es una joven que vive con su bebé en un hogar de acogida dirigido por un cura valiente. Las denuncias de violaciones sistemáticas a menores por potentados chilenos nunca llegan a ninguna parte. Hasta que Blanquita asume como propios los testimonios de otro chico al que los médicos no permiten testificar.
El Estado de derecho como telón de fondo, un telón de acero y muy al fondo. La impotencia como única fuerza, una fuerza inútil pero necesaria. De eso trata Blanquita, una magnífica película con cadencia perfecta e interpretaciones impecables. La atmósfera es oscura, otro acierto de Fernando Guzzoni que acomoda la forma al tema tratado. La historia que se cuenta se basa en un caso real en el que, como tantas veces sucede, se protegió a los canallas y se victimizó a la parte débil que se atrevió a denunciar. Nu hay duda de que presunción de inocencia es siempre crucial. Pero también lo es lo que revela esa tremenda frase final de Blanquita: "ellos pueden violar, pero yo no puedo mentir". Y es que en muchos lugares, incluidos los medios de comunicación y también los tribunales, la verdad y la mentira las definen los poderosos.