12 de diciembre de 2013. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.
Chris tiene los días contados si no paga una deuda. Así que convence a su padre para contratar a un asesino que mate a su madre y cobrar su seguro de vida. Killer Joe acepta ese encargo recibiendo como anticipo a la dulce hermana de Chris. Sin embargo, las cosas no son como ellos creían. El seguro está a nombre del nuevo novio de su madre que mantiene una relación con la nueva mujer del padre.
Los personajes son arquetípicos. El desquiciamiento de Chris, la dulzura de su hermana, el morbo de su madrastra, el pasmo de su padre. Y, sobre todo, la elegancia de ese asesino enamoradizo que interpreta Matthew McConaughey (el magnífico protagonista de Mud) con maneras de forajido tejano. La historia tiene algo de tragedia clásica, de lección moral sobre el engañador engañado. Hay violencia. Hay delicadeza. Y también hay ironía. Por momentos Friedkin podría recordar a Tarantino, pero su historia no busca tanto cultivar el efectismo de la sangre como trabar bien las relaciones entre unos personajes muy singulares.