8 de agosto de 2017. Cines Van Dyck, Salamanca. V.O.S.
Una joven palestina deja el orfanato para vivir con sus tías. Ellas son tres hermanas de alta alcurnia que viven casi aisladas en Villa Touma, un palacete en el que mantienen los modos y maneras propias de la vieja aristocracia cristiana palestina. La chica es la hija del hermano que cometió el error imperdonable de casarse con una musulmana. Ahora deberá adaptarse a los rancios modales con que sus tías esperan poder casarla.
Otra estupenda inmersión en la cotidianidad de unas vidas palestinas. Como la de Asuntos de familia, la magnífica película de Maha Haj que pudimos ver la semana pasada en los cines Groucho de Santander. Hoy vemos Villa Touma en Salamanca, dentro del selecto ciclo que programan cada verano los cines Van Dyck (cuánto me gustaría que en Asturias hubiera unas salas así). Igual que la de Maha Haj, la película de Suha Arraf es otra sorprendente ópera prima que viene a confirmar lo que ya dije a propósito de Asuntos de familia: que en Israel y Palestina hay temas distintos a los de ese conflicto y también cineastas de alto nivel y mirada singular dispuestos a mostrarlos (en este caso dispuestas, porque las dos son mujeres). Villa Touma es una estupenda rareza que nos introduce en la opresiva y curiosa vida de estas hermanas que solo salen a la calle con esa cabeza muy alta propia de unas ilusiones que aún resultan más pretéritas y rancias por el contraste con la recién llegada. Las interpretaciones son sutiles y armónicamente perfectas en una película en la que no importa tanto el desenlace como lo que vamos conociendo de esas vidas extrañas y extrañadas en el pasado. Por lo demás, el plano final nos hace pensar en la posibilidad de otra historia futura que también sería bien interesante.