6 de febrero de 2019. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.
Un director de cine prepara una película. Hace veinte años desapareció de repente su mujer y, ahora que él tiene una relación estable con otra, ella regresa y lo desestabiliza todo. También la propia película. De hecho, no está claro si es más loca la que el protagonista prepara o la que nosotros vemos.
La presencia de Mathieu Amalric, Marion Cotillard y Charlotte Gainsbourg no compensa el aburrimiento que provoca una película que tenía mimbres para ser una historia de sentimientos apasionados o un buen thriller, pero que al mezclar sin ton ni son las dos cosas acaba siendo una abigarrada sucesión de escenas sobre cuya relación uno se desentiende pronto. Es verdad que la mala calidad de las proyecciones en el Valey no ayuda a mantener la atención, pero creo que aunque las imágenes hubieran tenido más luz la película no mejoraría. Los fantasmas de Ismael es una prueba más de la facilidad que el mal cine francés (y hay mucho) encuentra siempre hueco en nuestras salas.