23 de febrero de 2020. Cines Van Dyck, Salamanca.
Tres amigos en paro han quedado en casa de uno de ellos para hacer algo que tenían planeado. El tercero se demora y mientras lo esperan van pegando la hebra los dos primeros. La conversación es cotidiana e intrascendente, pero con ella vamos sabiendo de sus problemas. Cuando llega el que faltaba siguen sin salir de casa porque el plan que tenían previsto se ha complicado y tienen que esperar a que los recoja un cuarto amigo. La conversación banal de ese tiempo muerto revela cosas inesperadas. Y trágicas.
¿Qué ha hecho mejor Ignasi Vidal? ¿El texto o la dirección de la obra? ¿Cuál de las dos cosas es más importante para lograr ese tono de radical hiperrealismo masculino que tiene El plan? No es posible responder a estas preguntas cuando tanto el texto como la puesta en escena son superlativas. Lo escrito hasta aquí está en la reseña que hice hace tres años de la obra de teatro de Ignasi Vidal que ahora ha llevado al cine Polo Menárguez. Chema del Barco ya estaba en ella y aquí se le unen Raúl Arévalo y Antonio de la Torre formando otro trío soberbio para esta historia masculina sobre unos tipos que tienen bastante en común con los de Los lunes al sol. Así que Polo Menárguez e Ignasi Vidal han demostrado que el mejor teatro puede convertirse en magnífico cine si quienes lo dirigen e interpretan tienen tanta calidad como quienes hicieron aquella estupenda obra y han hecho esta excelente película.