9 de junio de 2020. Filmin, Avilés.
Jonás Trueba sigue proponiendo y captando momentos y reflexiones de un grupo de adolescentes madrileños. Lo hace en el parque, en el instituto, en algunas casas y hasta en la nieve. A veces son muchos debatiendo sosegadamente sobre distintos temas. Otras son solo unos cuantos que comparten instantes banales o se ponen de lo más trascendentes. Así es la adolescencia española según Jonás Trueba.
El dispositivo es menos definido que en las otras películas. De hecho, podrían ser esbozos para ellas o retales reutilizados. Pero el interés de lo que se muestra se mantiene porque en los diálogos de estos chicos se revela a la vez lo efímero y lo permanente. Lo efimero de esa edad en que la forma de ver el mundo puede mudar en solo unos meses y lo efímero de unos lenguajes que cuando pase el tiempo identificarán una época. Pero tambien lo permanente de la manera de ver la vida desde esa edad en que casi todo está aún por venir. Como la carrera de la magnífica actriz que podría llegar a ser Candela Recio, esa chica que estaba estupenda en su papel en La reconquista, que también me encantó en Principiantes y que tiene un protagonismo intenso en el diálogo del último tramo de esta película. No sé si Jonás Trueba se animará a añadir nuevas piezas al proyecto Quién lo impide, pero no estaría nada mal. Y además: ¿quién se lo impide?