de Arantxa Vela Buendía. España,
2020. 75’.
6 de septiembre de 2021. Casa de la Cultura, Avilés.
En enero de 2019 se estrenó en el Teatro Español El sueño de la vida, una obra de Federico García Lorca y Alberto Conejero. El segundo se atrevió a soñar cómo se podría completar la Comedia sin título con la confianza de que, dirigiendo el proyecto Lluís Pascual, el resultado seguiría siendo lorquiano. En esta película asistimos con él a la preparación de la obra. Desde la primera lectura conjunta hasta el día del estreno.
Hoy ha comenzado en el Palacio Valdés la III Escuela de Verano de la Academia de las Artes Escénicas de España y entre los regalos que estamos recibiendo quienes participamos en ella está la proyección de esta película para la que, además, hemos contado con la presencia del propio Lluís Pasqual. En el coloquio que siguió a la proyección Alfredo Sanzol agradeció su generosidad al permitir que se pueda ver su trabajo con los actores en una intimidad máxima, lo que convierte a esta película en un documento extraordinario sobre la dirección teatral, sobre el trabajo interpretativo y sobre la naturaleza única de ese crisol de artes que es el teatro. Además de mostrarnos sin importunar lo que se va haciendo en la sala de ensayos y en el escenario aún vacío, Arantxa Vela Buendía consigue que Lluís Pasqual comente mil cosas que son verdaderas lecciones magistrales sobre el teatro y sobre la vida expresadas con la mayor elegancia y sencillez (la misma que hace tan cautivadora la lectura de su libro De la mano de Federico). A Lluís Pasqual le debemos, entre otras muchas cosas, aquel inolvidable estreno azul de El Público en el María Guerrero de hace casi treinta y cinco años o la delicada dirección del conmovedor Romancero gitano que acaba de llevar de nuevo a los escenarios esa otra hermana de Federico llamada Nuria Espert. Así que verlo ahora en la intimidad de su trabajo como director después de haberlo sido todo en el mundo teatral europeo es un lujo ante el que solo cabe el agradecimiento que tan oportunamente expresaba Alfedo Sanzol. Por lo demás, Empuñando el alma está a años luz de El funambulista, la conocida película sobre el trabajo de Peter Brook con los actores. Y ello porque lo que hace Lluís Pasqual aquí no es formación sino construcción teatral y es a ese proceso al que se nos permite asistir durante esta hora y cuarto de cine memorable en torno a la delicada artesanía de la gestación escénica. Si en el cortometraje de Alex Peña pudimos sentir entre cajas la emoción de aquel inolvidable Incendios de Wajdi Muawad y Mario Gas, Arantxa Vela Buendía nos ofrece un documento cinematográfico de un valor extraordinario que será a partir de ahora un referente inexcusable en las escuelas de teatro y una oportunidad deliciosa para muchos públicos. Por suerte, la Academia de las Artes Escénicas de España ha tenido el acierto de hacerlo posible y de incluirlo en la programación de esta Escuela de Verano. Una joya que no se deberían perder quienes no hayan podido aplaudir hoy a Lluís Pasqual en Avilés.