de Lara Izaguirre. España,
2020. 100’.
28 de septiembre de 2021. Casa de la Cultura, Avilés.
A Nora no le van muy bien las cosas pero encuentra un gran apoyo en la relación con su abuelo. Así que cuando él muere siente la necesidad de coger su dos caballos (en realidad su furgoneta Dyane) y recorrer durante unos días la costa del País Vasco para dejar sus cenizas en la tumba de la abuela. Será un viaje sosegado y muy reparador.
De Lara Izaguirre tenía la mejor impresión tras su estupenda Un otoño sin Berlín. Aquí mantiene el formato 4:3 para llevarnos en este delicioso viaje con Nora que tiene más de redención que de duelo. Hay ternura en los personajes masculinos y bondad en los femeninos (incluso en esas madres tan ariscas). Así que se hace muy grato ver esta película, naturalista y luminosa, sobre una chica que se da cuenta de que no necesita buscar su lugar en el mundo porque en realidad ya lo tiene. Nora (el personaje y la película) tiene mucho de balsámico y uno sale del cine con la sensación de que las miserias cotidianas son solo eso, miserias.