de Pedro Almodóvar. España, 2021. 123’.
9 de octubre de 2021. Cines Parqueastur, Corvera.
Dos mujeres comparten habitación cuando van a dar a luz. Las dos serán madres solteras con actitudes muy distintas hacia la maternidad. La que la deseaba sabrá después que en el hospital les cambiaron a sus bebés y la que no la deseaba perderá a su hija (que en realidad no lo era) por muerte súbita. Después la otra la contrata como niñera de su hija (en realidad, de la contratada) y las dos se hacen amantes. La madre contratante también tiene otros afanes relacionados con la memoria histórica y las fosas. Y ahí entra en la historia un antropólogo forense que no quiso ser padre y que acabó por no serlo.
Los gestos de estas madres a las que se les cae la baba con sus bebés son lo mejor de una película que apenas tiene nada bueno. Madres paralelas es un pupurri de temas que no consiguen estar ni entreverados ni yuxtapuestos. El todo aquí no es más que la suma de las partes sino menos. Y eso que las partes dan bien poco de si. Lo mismo que esas madres paralelas que a veces parecen solo lelas. Sobre todo porque muestran una visión absorbente de la maternidad (los padres ni están ni se les espera) en la que para criar a cada bebé no haría falta una tribu pero sí tres mujeres. Como mínimo.