de Neus Ballús. España, 2021. 83’.
31
de octubre de 2021. Teatro Carrión, 66º Semana Internacional de Cine
de Valladolid (Sección oficial). V.O.S.
Hace ocho años que vimos también en la Seminci La plaga, el primer largometraje de Neus Ballús. Aquella película, originalísima e inclasificable, era una joya que, a pesar de las diferencias, tiene mucho que ver Seis días corrientes. Sobre La plaga escribí que era una espléndida película sobre la convivencia entre las personas y sobre la dignidad con que afrontan estos tiempos. Hace dos años vimos El viaje de Marta, el segundo largometraje de Neus Ballús, y entre otras cosas escribí que era una delicia apta y grata para muchos públicos. Que este tercer largometraje haya merecido la Espiga de Plata y el Premio del Público y que, además de provocar muchas sonrisas durante la proyección, haya recibido al final un aplauso espontáneo y cerrado demuestra que debería tener una buena distribución y alcanzar el éxito que merece. Y es que esta nueva película Neus Ballús combina el calado y la ternura con que es capaz de retratar a nuestra gente con una gracia y un desparpajo hiperrealista que solo logra quien sabe hacer que la cámara parezca transparente en medio de oficios tan masculinos y entreverados como los de los fontaneros y los electricistas. Su habilidad para retratar sin juzgar a diferentes tipos humanos me recuerda a la del Guerín de En construcción pero, viendo esta hilarante película, pienso que si Neus Ballús fuera argentina también se llevaría muy bien con Mariano Cohn y Gastón Duprat. Los tres saben llevar a la pantalla los lenguajes populares con un naturalismo tal que, al lado de ellos, Almodóvar parece el más artificioso de los guionistas.