de Abbas Kiarostami. Irán, 1987. 83’.
14 de enero de 2022. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.
Esta pequeña joya de Kiarostami ya tiene treinta y cinco años pero lo que cuenta parece aún más antiguo. De hecho, las calles empedradas que recorren esos niños me recuerdan mucho a las del pueblo de mi padre antes de que las hormigonaran. Y la escuela a la que van, las maneras de su maestro y hasta las pintas que tienen se parecen mucho a lo que era habitual en aquel aula (masculina) de mi colegio público avilesino a finales de los sesenta. La película de Kiarostami, más que por la búsqueda de su amigo por parte de ese niño bueno y leal, interesa por las atmósferas que retrata y por las formas de vida en un tiempo tan evocador como ya casi perdido. No sé si será a esto a lo que algunos se refieren cuando reivindican la España vacía (o, como ellos dicen, vaciada).