de Barry Levinson. EE.UU., 2021. 129’.
22 de mayo de 2023. Cines Ocimax, Gijón.
Harry Hafty es un judío polaco que, tras la guerra, vive en Estados Unidos esperando encontrarse con la novia de la que no sabe nada desde que los dos fueron llevados a los campos de exterminio. Él sobrevivió porque un nazi lo convirtió en boxeador para divertimento de los oficiales. Los recuerdos de lo que hizo con otros judíos en aquellos combates le sigue atormentando mucho tiempo después.
Pocas veces se entiende mejor esa culpa por haber sobrevivido que acompañó a tantos supervivientes de los campos de exterminio. En el caso de este hombre no se trata de un lastre existencial debido al azar. En su caso, cada combate de boxeo le recuerda, en blanco y negro, que allí la lucha era a vida o muerte. Y que esa fue la manera con la que consiguió sobrevivir. La película de Barry Levinson tiene una atmósfera clásica que, además de evocar ese horror, tiene mucho parentesco con las grandes películas de boxeo (también con Toro salvaje). De hecho, la gestualidad de Ben Foster recuerda por momentos a un Robert de Niro. Además de mostrar lo irrepresentable y de hacer que nos salpique la sangre de los cuadriláteros, el tercer hilo en la urdimbre de esta película es el melodrama de un amor truncado y otro que ofrece redención. Es, por tanto, una película intensa y conmovedora de la que uno sale sin saber muy bien si es posible o deseable sentir compasión por su atormentado protagonista.