martes, 27 de febrero de 2024

Rodeo

de Lola Quivoron. Francia, 2022. 110.
27 de febrero de 2024. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

Julia es una motera radical. Y tiene una habilidad especial para robarlas cuando lo necesita. En una carretera en que los moteros hacen cabriolas entra en contacto con un grupo que trapichea con ellas a las órdenes de un tipo que organiza robos desde la cárcel. Ella colabora en algunos de ellos. Y también ayuda a la mujer y al hijo de ese desalmado que los tiene encerrados en casa.

El título de la película es muy adecuado porque, más que montar en motos, parece que aquí se cabalgan. Así que Rodeo tiene algo de película de cuatreros con el forajido más peligroso en fuera de campo. Julia sería algo así como la motera solitaria, un ser indómito que se atreve a sentir ternura por la mujer y el hijo de ese jefe canalla. Julie Ledruc hace un trabajo magnífico interpretando a ese ser tan atractivo como esquivo, tan libérrimo como leal. Y en su primer largometraje Lola Quivoron tiene el acierto de hacer femenino y aún más cautivador a este personaje que encarna el heroísmo arquetípico de esos rebeldes sin causa que siempre vemos en versión masculina. Por lo demás, el realismo mágico de la última escena nocturna me ha recordado a algunos atrevimientos magníficos de Pablo Larraín. O a ese conmovedor final que tenía El llanero solitario después de los créditos.