6 de diciembre de 2014. Cines Renoir Princesa, Madrid. V.O.S.
En el tren de Calais a París Alix cruza miradas con un hombre. Ella es actriz y vuelve a su ciudad para hacer una prueba. Él viene de Inglaterra al funeral de una amiga. Tras coincidir en el tren se volverán a encontrar en París y serán amantes por una horas.
La sinceridad del amor efímero. Ese podría ser otro título para esta hermosa película que tanto tiene que ver con El último tango en París. Una actriz, un funeral, trenes que llegan o se van, un encuentro apasionado entre dos desconocidos... La historia de Bertolucci estaba contada desde el punto de vista masculino. Bonnell cuenta la suya desde el personaje femenino. El que protagonizaba Marlon Brando sufría y buscaba consuelo en aquella mujer a la que solo al final le preguntaba su nombre. El que aquí borda Emmanuelle Devos tampoco sabrá hasta el final cómo se llama su amante. Bertolucci resultaba provocador con su forma de mostrar el sexo entre aquellos seres tan distintos. Bonnell cautiva con las miradas entre los suyos y deja el futuro más abierto en las manos de ese hombre maduro de lo que quedaba en la decisión final de aquella joven que hizo famosa a María Schneider hace ya más de cuarenta años.