8 de junio de 2017. Centro Niemeyer, Avilés.
Oliver vive en Estados Unidos y hace cine. Tras encontrarse en Internet con un video pornográfico de su hermana decide volver a España para pasar un tiempo con ella. Aurora estudia antropología y vive con su madre. Su hermano la vigila a través de la cámara que ha puesto en su habitación. La cosa se va liando y los dos acaban liados.
Cine pijo. Unos chicos muy guapos y convencionales en una historia pretenciosa en la que un afectado cineasta se enfrenta al tabú del incesto con su bonita hermana. Todo con un guión lleno de frases sonrojantes y con incoherencias notables. La historia no consigue ser ni morbosa con los cuerpos ni inquietante con los videos. Recordando cómo filmaba Bigas Luna el morbo o lo que se puede llegar a hacer con las imágenes que graban las cámaras de los ordenadores (por ejemplo, en Todos tus secretos de Manuel Bartual o en 10.000 km de Carlos Marques-Marcet) resulta aún mas patético este cine que hasta en el título es pijo y pretencioso.