13 de junio de 2017. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.
El balcón desde el que asisten las mujeres a las ceremonias de la sinagoga se ha derrumbado. La mujer del rabino está en coma en el hospital y él parece haber perdido la cabeza. Mientras se recupera, otro rabino más integrista se hace cargo de la comunidad. Quiere imponer costumbres conservadoras y entre sus planes no está la reconstrucción del balcón de las mujeres. Ellas no están dispuestas a aceptarlo.
Una historia agradable sobre una comunidad judía de Jerusalén. Son religiosos, pero sin pasarse. Si fueran católicos estarían por el Vaticano segundo, mientras que el clérigo postizo tendría más bien querencias preconciliares. Su humor blanco y su buen rollo costumbrista hace que sea una película amable para muchos públicos. Pero no hay que olvidar que esas mujeres solo aspiran a que les reconstruyan su balcón, a que se mantenga su espacio segregado en la sinagoga. El balcón de las mujeres aporta muy poco sobre la condición femenina en el judaísmo. Desde luego, bastante menos que películas mucho mejores como Gett: El divorcio de Viviane Amsalem de Ronit Elkabetz y Shlomi Elkabetz.