9 de julio de 2017. Cines Parqueastur, Corvera.
La vida tiene banda sonora para Baby. Especialmente cuando trabaja de conductor para unos atracadores. Tras saldar una deuda lejana quiere empezar una nueva vida con la chica que acaba de conocer. Pero el capo lo presiona y tendrá que conducir para ellos una vez más.
Baby driver es casi un musical. Desde la magnífica primera escena, todo lo que sucede está impecablemente armonizado con la banda sonora que este conductor medio autista pone a todo lo que hace. La historia de la madre cantante que murió en un accidente y la del amor con la chica del bar añaden un contrapunto romántico a esta estupenda película de delincuentes que atracan y coches que derrapan. El ritmo es frenético y no hay un minuto desperdiciado en esta entretenidísima historia que confirma el buen pulso narrativo de Edgar Wright. De él vimos hace tres años en la plaza del Niemeyer The World's End, una historia también trepidante y con derivas fantásticas. Así que, tras estas dos películas, ya sé que merece la pena ver todo lo que haga este director meticuloso que sabe hacer buen cine además de entretener.