19 de marzo de 2018. Teatro Filarmónica, IV Semana del Audiovisual Contemporáneo de Oviedo. V.O.S.
La vida en las noches de Varsovia desde la perspectiva de dos amigos. Encuentros incidentales o buscados. Amores más o menos efímeros. Intensidades sintéticas o esenciales. Modos autoconscientes de vivir la juventud.
Con Las amigas de Àgata y Julia Ist, esta historia polaca podría componer una interesante trilogía sobre la juventud europea. También se llevaría bien con El futuro, otra película con la que tiene algunos elementos en común en lo formal. De hecho, sin pasarse de metafísico, a Michal Marczakse se le nota cierta voluntad inmersiva al decidir contarnos esta historia a la malickiana manera. Y eso es justamente lo que más me atrae de esta interesante película: la forma en que los crepúsculos y amaneceres de esa juventud en presente continuo nos van mostrando lo que podrían llegar a ser recuerdos esenciales de una vida. No pretende contar mucho ni hacer tesis de nada. Pero es que, como la juventud que nos presenta, Todas esas noches sin dormir es mucho más dionisiaca que apolínea.