26 de octubre de 2019. Teatro Cervantes, 64º Semana Internacional de Cine de Valladolid (Tiempo de Historia). V.O.S.
El 2018 ya van cinco años de asedio en la ciudad Siria en la que sigue abierto un hospital que es casi una cueva. El edificio está en ruinas, así que los médicos trabajan en ese mundo subterráneo conectado por túneles con otros lugares de la ciudad. El ruido insoportable de los aviones rusos que bombardéan la ciudad y la llegada constante de civiles heridos hace durísimo y heroico el quehacer de los médicos y sanitarios que trabajan en esas condiciones terribles.
Cuando comienza la proyección de este impresionante documental ya sabemos que ha obtenido el Premio de la Sección Tiempo de Historia. Y bien lo merece porque es hora y media de inmersión completa en el infierno de ese hospital subterráneo. La cámara sigue principalmente a la joven doctora que lo dirige. Pero también escudriña el quehacer de los sanitarios que trabajan allí sin apenas medios y con la mayor presión imaginable. Hay mucho miedo, pero nunca un mal gesto. La cueva es un retrato de lo mejor de la condición humana en medio del dolor más terrible que se hace especialmente duro con cada llegada de niños heridos y con la impotencia de quienes los atienden. La referencia final al Mediterráneo nos recuerda que este testimonio sobre la intrahistoria de una guerra nos compromete especialmente a los europeos que hemos permitido a nuestros gobiernos no ser más activos frente a esa espiral bélica. Y que les hemos permitido que nos hablen de mafias que trafican con personas en lugar de exigirles que organicen el rescate de quienes sufren las guerras. La cueva es una joya cinematográfica y también el fármaco que necesitarían recibir muchas conciencias enfermas. Antes de la película se proyectó el corto El infierno, de Raúl de la Fuente (el director de Un día más con vida), sobre una cárcel de Costa de Marfil. Otro testimonio bien filmado sobre el dolor humano que forma un buen díptico con la película de Fayyad.